Israel está en plena decadencia. Ha sucedido lo peor posible. Siempre se les ha advertido acerca de los dioses y las prácticas de las naciones vecinas. Números 25-27. Su pecado ya no es quejarse, sino entregarse de lleno a las costumbres de los moabitas y parece que no hay diferencia entre unos y otros. Cuando sucedió el asunto del becerro de oro fue bajo la dirección de Aarón, cuando se quejaban en el desierto, era por motivos concretos. Pero ahora, sin ningún motivo aparente, aparte de lo atractivo del pecado, y lo corrupto de sus corazones, algunos (no todos) de ellos han olvidado todos sus principios.
Finees el hijo de Aarón no cae en la debilidad de su padre, ni en la insensatez de sus hermanos; toma medidas drásticas y el Señor le premia con una promesa vitalicia y heredable por su heroicidad.
Dios considera que su pueblo ha sido atacado (Números 25:18), no por armas de guerra, porque para eso hay remedio, sino por engaños y placeres.
¿Te acuerdas que este libro se llama Números porque hay un censo al principio y al final de los 40 años. ¿Qué diferencia hay entre los 2 censos? (Capítulos 1 y 26).
Aarón ya ha muerto y a Moisés le falta poco. Hay un hombre que siempre ha sido la mano derecha del líder. Fue uno de los 2 exploradores (entre 12) que quiso animar al pueblo a entrar en la tierra prometida y no ser incrédulos y rebeldes. Ahora Josué asume el relevo. Hombre, además de valiente, paciente. Luego hay un libro entero dedicado a la "Operación Ocupación", que él llevará a cabo. Entre las cosas que para mí han sido descubrimientos en esta lectura figura la diferencia en el modus operandi de los 2 líderes. Moisés hablaba con Dios cara a cara. Josué necesitaba la colaboración del sacerdote.
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