Pensando en frases que podrían ser un resumen del Libro de Hebreos: ¡Aprovecha la oportunidad que Dios te da! o tal vez, ¡No te dejes desviar de la meta! u otras que se te ocurran.
El capítulo 12 nos presenta con una serie de instrucciones, o exhortaciones, basadas en esa magistral presentación de la grandeza de Jesús frente a los peligros que nos podrían desviar.
Sería buen momento para hacer un repaso de la última parte del video con su resumen y reto final. Y entonces tomar nota de estas exhortaciones:
V 1 - Aprovechemos nuestro conocimiento de los héroes de la fe (c 11) para afirmar nuestra intención de seguir sus pasos y desprendernos de toda actitud, posesión, o errores que podrían impedirnos en la carrera.
V 2 - Centrar la vista en Jesús. Fija tus ojos en Cristo.
A continuación hay unas advertencias, que nos tocarán a cada uno en nuestro punto sensible. El v 7 da un principio fundamental. Si soportamos la corrección, la disciplina, resultará en nuestro provecho. Hagamos repaso de nuestra vida, con una lista de cosas que nos han sucedido. Reconocer que TODO esto ha sido para dirigirnos hacia lo que tenemos en el v 22. Llegando a este punto tomemos un momento para escuchar el antiguo corito cristiano, basado en este capítulo, Fija tus ojos.
Regresando al versículo 15 (versión LBLA) - Mirad bien de que nadie deje de alcanzar la gracia de Dios. Hay una medida de la gracia de Dios para cada uno (Romanos 12:3 y Efesios 4:7). Nos llena el depósito con lo justo para llegar a la meta. ¡Qué pena llegar a la eternidad y haber gastado el tiempo sin aprovechar esa gracia al máximo, por no haber hecho caso a los consejos de este libro!
Pienso con cariño en mi hija mayor, Lina, que celebra hoy, el 7 de Junio, su cumpleaños, y ha sido y es, junto a su marido, una verdadera luchadora por el Reino de Dios y está aprovechando las oportunidades de estar en la brecha. Ellos se han lanzado por fe en un proyecto de ayudar a muchos niños, y han aguantado batalla tras batalla para conseguir su visión. Pido a Dios que la alcancen al máximo.
Fortaleza en el sufrimiento
12:1-
Por eso, nosotros, teniendo a nuestro alrededor tantas personas que han
demostrado su fe, dejemos a un lado todo lo que nos estorba y el
pecado que nos enreda, y corramos con fortaleza la carrera que tenemos por
delante.
2-
Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la
perfecciona. Jesús sufrió en la cruz, despreciando la vergüenza de semejante
muerte, porque sabía que después del sufrimiento tendría gozo y
alegría; y está sentado a la derecha del trono de Dios. 3- Por lo
tanto, meditad en el ejemplo de Jesús, que sufrió tanta contradicción por parte
de los pecadores; por eso, no os canséis ni os desaniméis. 4- Pues aún no
habéis tenido que llegar hasta la muerte en vuestra lucha contra el pecado, 5- y
habéis olvidado ya lo que Dios os aconseja como a hijos suyos. Dice
en la Escritura:
“No desprecies, hijo mío, la corrección del Señor ni te desanimes cuando te reprenda. 6- Porque el Señor corrige a quien él ama y castiga a aquel a quien recibe como hijo.”
7-
Soportad la corrección, y así Dios os tratará como a hijos. ¿Acaso
hay algún hijo a quien su padre no corrija? 8- Pero si Dios no os corrige, como
corrige a todos sus hijos, es que no sois hijos legítimos, sino bastardos. 9- Además,
nuestros padres aquí en la tierra nos corregían cuando éramos niños, y los
respetábamos. ¿Por qué no hemos de someternos, con mayor razón, a nuestro Padre
celestial, para obtener la vida? 10- Nuestros padres aquí en la tierra nos
corregían durante esta corta vida, de la forma que más conveniente les parecía;
pero Dios nos corrige para nuestro verdadero provecho, para hacernos santos
como él. 11- Ciertamente ningún castigo es agradable en el momento de
recibirlo, sino que duele; pero si uno aprende la lección, obtiene la paz como
premio merecido.
El peligro de
rechazar la voz de Dios
12-
Así pues, renovad las fuerzas de vuestras manos cansadas y de vuestras rodillas
debilitadas, 13- y buscad el camino derecho, para que sane el pie que está cojo
y no se tuerza más.
IV. LA VIDA CRISTIANA
Exhortación a
la vigilancia
14-
Procurad estar en paz con todos y llevar una vida santa, pues sin la
santidad nadie podrá ver al Señor. 15- Procurad que a nadie le falte
la gracia de Dios, a fin de que ninguno sea como una planta de raíz amarga que
hace daño y envenena a la gente. 16- Que ninguno de vosotros cometa
inmoralidades sexuales ni desprecie lo sagrado. Esto hizo Esaú, que por una
sola comida vendió sus derechos de primogenitura. 17- Y ya sabéis
que después, cuando quiso recibir la bendición de su padre, fue rechazado; y
aunque lloró mucho, ya no hubo remedio para lo sucedido.
18-
Vosotros no os habéis acercado, como los israelitas, a algo que se
podía tocar y que ardía en llamas, y donde había oscuridad, tinieblas y
tempestad; 19- ni habéis oído el sonido de la trompeta ni la voz de Dios. Los
que oyeron esa voz rogaron que no les siguiera hablando, 20- porque no podían
soportar la orden que decía: “Al que ponga el pie en el monte, aunque se trate
de un animal, hay que matarlo a pedradas.” 21- Tan espantoso era lo
que se veía, que el mismo Moisés dijo: “Estoy temblando de miedo.”
22-
Vosotros, por el contrario, os habéis acercado al monte Sión y a la ciudad del
Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a muchos miles de ángeles reunidos
para alabar a Dios, 23- y a la congregación de los primeros hijos de
Dios inscritos en el cielo. Os habéis acercado a Dios, el Juez de
todos, a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos, 24- a
Jesús, mediador de un nuevo pacto, y a la sangre con que hemos sido
purificados, la cual nos habla mejor que la de Abel.
25-
Por eso, tened cuidado de no rechazar al que nos habla, pues no escaparon los
que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra. Y
mucho menos podremos escapar nosotros, si volvemos la espalda al que nos llama
la atención desde el cielo.
26-
En aquel tiempo, la voz de Dios hizo temblar la tierra; pero ahora hace esta
promesa: “Una vez más haré temblar no solo la tierra, sino también el cielo.”
27- Al decir “una vez más”, se entiende que desaparecerán las cosas
creadas, esto es, lo inestable, para que permanezca lo inconmovible. 28- El
reino que Dios nos entrega es inconmovible. Demos gracias por esto y adoremos a
Dios con la devoción y reverencia que le agradan. 29- Porque nuestro Dios es
como un fuego que todo lo consume.
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