domingo, 5 de abril de 2020

El mayor motivo por trabajar fuerte (2 Corintios 4)


Dibujo Views: Ladrillos para colorear y pintarConocí un albañil que al empezar un trabajo, parece que le habían dado cuerda y le era imposible parar. Cuando tenía que esperar materiales o que el yeso se secara siempre encontraba algo que hacer, ordenando las cosas o terminando algo del otro día. Disfrutaba. Le resultaba incómodo estar parado. Ésa es la clase de dedicación que yo quisiera tener para cumplir con la labor que Dios me ha asignado. Pablo, aquí en el 4:1, empieza con un "por eso". El "eso" es lo que acaba de decir en el capítulo anterior. Y eso que leímos ayer ¿qué fue? Pablo (y tú) tenéis un encargo de parte de Dios. Por eso no nos desanimamos. Lo que hace está en su ADN. Ya nos contó que se trata de una obligación ineludible (1 Corintios 9:16), diciendo,  ¡Y ay de mí si no lo anunciase![ Así que tenemos mucha motivación por compartir el Evangelio con los que no lo conocen. Primero, que hemos sido designados por el Señor para hacerlo, segundo, que nos ha dado amor por las personas, y tercero el ¡ay! si no lo hacemos.


Hay una barrera grande que vencer en el cumplimiento de este encargo, la ceguera de las personas, que sufren por causa de un ser llamado el dios de este mundo (v 3). El apostolado de Pablo, precisamente fue "que les abras los ojos y no anden más en la oscuridad, sino en la luz; para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios" (Hechos 26:18). ¿Ahora entiendes por qué Pablo pasaba tanto tiempo en oración? Es su método de combatir las grandes potencias espirituales que dominan en la sociedad. En tu oración tienes que empezar a ver por fe la emoción de esas personas cuando vean por primera vez  la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso. Parece (v 6) que va a ser en ti, en tu propio corazón donde van a ver esa luz.

Cuando Dios nos encarga algo, nos da la gracia y la fe para completarlo. Pablo habla aquí (vss 7-14) de la fe que nos estimula a hablar, aunque estemos en medio de muchas dificultades.

En el vs 16 Pablo repite su tema, Por eso no nos desanimamos. Sabe que detrás de su trabajo está el gran poder de Dios. Ha conseguido (v 18) ver lo que no se ve. Parece que el mismo enemigo que trae ceguera a los incrédulos también ataca a los mismos creyentes con la misma arma. Tenemos que andar con los ojos abiertos.


Anunciadores de Jesucristo

4:1- Por eso no nos desanimamos, pues Dios, en su misericordia, nos ha encargado este trabajo. 2- Hemos rechazado las cosas vergonzosas que se hacen a escondidas, y no actuamos con astucia ni falseamos el mensaje de Dios. Al contrario, decimos solamente la verdad, y de esta manera nos recomendamos a la conciencia de todos delante de Dios.

3- Y si el mensaje de salvación que predicamos es oscuro, lo es solamente para los que se pierden. 4- Pues como ellos no creen, el dios de este mundo les ha cegado el entendimiento para que no vean la brillante luz del evangelio del Cristo glorioso, imagen viva de Dios.

5- No nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor; nosotros nos declaramos simplemente servidores vuestros por amor a Jesús. 6- Porque Dios, que mandó que la luz brotara de la oscuridad, es quien ha hecho brotar su luz en nuestro corazón, para que por medio de ella podamos conocer la gloria de Dios que brilla en el rostro de Jesucristo.

Confianza en medio de los sufrimientos

7- Pero tenemos esta riqueza en nosotros, como en vasijas de barro, para mostrar que ese poder tan grande viene de Dios y no de nosotros. 8- Así, aunque llenos de problemas, no nos encontramos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. 9- Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen.

10- Dondequiera que vamos llevamos en nuestro cuerpo la muerte de Jesús, para que también su vida se muestre en nosotros. 11- Pues nosotros, los que vivimos, siempre estamos expuestos a la muerte por causa de Jesús, para que también su vida se muestre en nuestro cuerpo mortal. 12- De ese modo, la muerte actúa en nosotros, y en vosotros actúa la vida.

13- La Escritura dice: “Tuve fe y por eso hablé.” De igual manera, nosotros, con esa misma actitud de fe, creemos y también hablamos. 14- Porque sabemos que Dios, que resucitó de la muerte al Señor Jesús, también nos resucitará a nosotros con él y, juntamente con vosotros, nos llevará a su presencia. 15- Todo esto ha sucedido para vuestro bien, para que, siendo muchas las bendiciones de Dios, muchos sean también los que le den gracias, para la gloria de Dios.

16- Por eso no nos desanimamos, pues aunque por fuera vamos envejeciendo, por dentro nos rejuvenecemos día a día. 17- Lo que sufrimos en esta vida es cosa ligera que pronto pasa, pero nos trae como resultado una gloria eterna mucho mayor y más abundante. 18- Porque no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve, ya que las cosas que se ven son pasajeras y las que no se ven son eternas.

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