martes, 7 de abril de 2020

No todo el mundo puede hacer este trabajo (2 Corintios 6)


Tú y yo tenemos un título, Colaboradores de Dios (6:1). Así se llama nuestra empresa. Somos los repartidores que llevan los productos divinos a las personas. Es un trabajo que requiere elevados estándares. Hay que cuidar la mercancía, ser afable, cumplir exactamente con las direcciones. Cuando traen paquetes a nuestra finca, que está en la carretera, algunas veces tengo que entrenar al conductor. Le digo por teléfono el kilómetro exacto y el triángulo con el copo de nieve que marca el sitio, y me pongo allí a esperar y veo que pasan tan tranquilamente, sin haberse fijado.

¿Qué son las cualidades de un Colaborador de Dios?

1. Su condición personal

Esto se encuentra en los vss 3-7. Léelos, a ver si quieres seguir en esta empresa o no. Me llama la atención que el mensaje que tenemos que entregar viene al final de la lista de cualidades. Primero tenemos que se un ejemplo, y después hablar. Y con el respaldo de esa vida hablaremos con poder.

2. Su equipo

Usamos armas de rectitud (v 7), nada de engaño, de prepotencia, de superioridad. Como nuestro trabajo es llevar un mensaje, recordemos el calzado del soldado de Jesús, La preparación para anunciar el evangelio de la paz. ¿Sabes de dónde viene la frase, más liado que la pata de un romano? Estos soldados no metían los pies en unas chanclas. Su seguridad dependía de haberse atado bien el calzado. El compartir el Evangelio requiere más preparación que el examen de teórica para sacar el carnet de conducir y es más importante. Cuando oigo a algún creyente decir, "a esa persona no le interesa el evangelio" a veces pienso, ¿se habrá preparado, en conocimiento de la Palabra, en oración y en ganarse a la persona, siendo un ejemplo atractivo?

3. Sus relaciones

Naturalmente, hay que llegar a toda clase de personas con el mensaje de Cristo pero nuestro nivel de creyente requiere una asociación asidua con creyentes maduros. Por eso Pablo habla del yugo en el v 14. Jesus nos dice, tomad mi yugo, somos Colaboradores de Dios, la mejor empresa que existe. Nuestro poder viene de nuestra pureza, y eso hay que mantenerlo en nuestra comunidad cristiana.

6:1- Como colaboradores, pues, en la obra de Dios, os rogamos que no desaprovechéis la bondad que Dios os ha mostrado. 2- Porque él dice en las Escrituras:
“En el momento oportuno te escuché; en el día de la salvación te ayudé.”
Y ahora es el momento oportuno. ¡Ahora es el día de la salvación!

Pruebas de la misión apostólica de Pablo

3- En nada damos mal ejemplo a nadie, para que nuestro trabajo no caiga en descrédito. 4- Al contrario, en todo damos muestras de que somos siervos de Dios, soportando con mucha paciencia los sufrimientos, las necesidades, las estrecheces, 5- los azotes, las prisiones, los alborotos, el trabajo duro, los desvelos y el hambre. 6- También lo demostramos por la pureza de nuestra vida, por nuestro conocimiento de la verdad, por nuestra tolerancia y bondad, por la presencia del Espíritu Santo en nosotros, por nuestro amor sincero, 7- por nuestro mensaje de verdad y por el poder de Dios en nosotros.

Nos servimos de las armas de la rectitud, tanto para el ataque como para la defensa.  8- Unas veces se nos honra y otras se nos ofende. Unas veces se habla bien de nosotros y otras se habla mal. Nos tratan como a mentirosos, pese a que decimos la verdad. 9- Nos tratan como a desconocidos, pese a que somos bien conocidos. Estamos casi muertos, pero seguimos viviendo; nos castigan, pero no nos matan.

10- Parecemos tristes, pero siempre estamos contentos; parecemos pobres, pero hemos enriquecido a muchos; parece que no tenemos nada, pero lo tenemos todo.


3. Reconciliación con la comunidad


11- Hermanos corintios, os hemos hablado con toda franqueza. Os hemos abierto de par en par nuestro corazón. 12- No tenemos con vosotros ninguna clase de reservas; sois vosotros quienes tenéis reservas con nosotros. 13- Por eso os ruego, como un padre ruega a sus hijos, que seáis francos conmigo de la misma manera que yo lo he sido con vosotros.

Apartarse del mal

14- No os unáis en un mismo yugo con los que no creen, pues ¿qué tienen en común la justicia y la injusticia? ¿O qué unión puede haber entre la luz y la oscuridad? 15- No puede haber armonía entre Cristo y Belial ni entre un creyente y un incrédulo. 16- No puede haber nada en común entre el templo de Dios y los ídolos. Porque nosotros somos el templo del Dios viviente, como él mismo dijo:
“Viviré y andaré entre ellos; yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.”
17- Por eso también dice el Señor:
“Salid de en medio de ellos, y apartaos; no toquéis nada impuro. Entonces yo os recibiré 18- y seré un Padre para vosotros, y vosotros seréis mis hijos y mis hijas, dice el Señor todopoderoso.”

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