Hay muchas lecciones prácticas en esta historia. Cada vez que lo leas cobrarás nuevo ánimo. Me llama mucho la atención, la confianza de David. No le hace falta que le anime el profeta Samuel. Él conoce lo que Dios dijo en su Palabra. 400 años antes, Sólo que no os rebeléis contra el SEÑOR, ni tengáis miedo de la gente de la tierra, pues serán presa nuestra. Su protección les ha sido quitada, y el SEÑOR está con nosotros; no les tengáis miedo (Números 14:9).
Y, El SEÑOR hará que los enemigos que se levanten contra ti sean derrotados delante de ti; saldrán contra ti por un camino y huirán delante de ti por siete caminos. (Deuteronomio 28:7).
Esa piedra que salió lanzada de la honda no sólo fue respaldada por la fuerza de un joven guerrero, sino por la palabra que había salido de la boca de Dios. Cualquier soldado de los presentes podía haber aprovechado esa promesa del Dios todo poderoso pero sólo hubo uno.
¿Qué promesas de Dios tenemos para nuestro tiempo? Se me ocurre, Buscad primero el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas (Mateo 6:33).
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EliminarPor lo menos despiertas curiosidad
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