domingo, 20 de marzo de 2011

Las apariencias engañan

Aperitivo                  Gálatas 4:17-20
Menú completo        Gálatas 4

    Jesús en la cruz parecía vencido definitivamente pero allí proclamó su victoria. El profeta parecía destinado a perder la batalla hasta darse a conocer el ejército de reserva que tenía (2 Reyes 6:14-17).
Estos maestros tan atentos (Gálatas 4:17), parece que son lo mejor que ha llegado jamás a esta iglesia. Pero Pablo, mediante esta carta, nos abre los ojos para discernir su intención. Ellos quieren que vosotros os intereséis por ellos. No solamente van a producir la perdición de los creyentes, sino que harán que ellos mismos sean los señores de la iglesia.
    Es mejor no tener maestros, que tenerlos tan perversos. Y no hay forma de legislar, de redactar unos estatutos que sirvan para impedir para siempre que se presenten falsos maestros. No existe ninguna tela mosquitera humana para excluir a estos insectos. Siempre donde hay moneda auténtica se ofrecerán falsificaciones. Siempre en toda la historia de la iglesia ha habido algún Judas cuya única intención es enriquecerse a costa de los hermanos. La única solución es mantener desarrollada la vista espiritual para distinguir entre apariencias y realidad.
    En este mismo momento alguien está tramando cómo estropear la obra que Dios está desarrollando a tu alrededor. En algunos lugares los enemigos se presentan con metralletas, y con amenazas de arresto. Pero lo peor es que se presenten como hermanos sonrientes que únicamente pretenden hacerte bien. Cuando leo, por ejemplo, los salmos que hablan del amigo que nos traiciona, tengo que darme cuenta que esas cosas suceden. Y sin dejar de amar a todos, he de afinar la vista.
¿Estoy pidiendo a Dios discernimiento?

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