Aperitivo 2 Corintios 8:1-9
Menú completo 2 Corintios 8 y 9
Pablo, escribiendo desde Macedonia a los corintios, alaba a los macedonios por su gran generosidad (8:2). Pero entre los macedonios ha presumido (9:1) de la gran generosidad de los corintios. Parece que está intentando manipularles con el fin de sacarles dinero, porque de eso tratan estos 2 capítulos. Esforzándose por cumplir lo que le pidieron Pedro y Juan (Gálatas 2:10), Pablo está levantando un fondo grande para llevar a los pobres en Jerusalén.
Ya mencionó antes (1 Corintios 16:1) la forma de preparar sus ofrendas. Ahora va apretando. Además de hacer que se avergüencen un poco por la generosidad de una iglesia pobre, les dice que ellos siendo tan espirituales deberían dar una ofrenda abundante (2 Corintios 8:7). Esto va a ser la prueba de su sinceridad. Les pone por ejemplo a Jesús, que se vació de toda su riqueza. Les recuerda que ya hace un año que se habían comprometido. Dice que quiere sentir orgullo de ellos. Les enseña que su ofrenda es como una siembra, que va a producir grandes beneficios. Dice que los que reciben esta ofrenda van a orar por ellos.
¡Pobre Pablo! ¿Qué haría hoy día en nuestro país, donde la principal preocupación de algunos cristianos es que los responsables de la iglesia no les manipulen para sacarles dinero? Nuestra historia de haber sido manipulados por sistemas religiosos en el pasado nos sirve de obstáculo para ser ahora “dadores alegres” (9:7).
Estoy convencido de una cosa: Pablo está totalmente convencido de que esto va a ser bueno para los corintios. También es obvio que él no está aprovechando personalmente, sino que está viviendo el ideal que empezó Jesús, donde la iglesia por todo el planeta comparte según necesidad.
¿Me estoy comportando de manera que Dios me ame? (9:7)
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