Vitaminas (Lectura mínima) Hechos 12:11-16
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Hechos 12 corre el velo y nos permite ver algunas cosas que son invisibles al ojo natural. Por ejemplo la gente ve en el v 23 la muerte de forma horrible, de un hombre que se daba mucha importancia. Lo que sucede de verdad es un golpe de parte de un ángel para poner fin a esa vida. En todos estos sucesos, en la primera muerte de un apóstol (v 2), el encarcelamiento de Pedro, y también su liberación de la cárcel se está realizando la voluntad de Dios en la tierra como en el cielo. El capítulo que empieza con la muerte de Santiago termina (v 24) con la extensión de la Palabra de Dios.
Nuestro Padre que está en los cielos está en control de todo. A veces sólo vemos los efectos, las cosas que suceden en la tierra. Pero siempre hay una fuerza celestial detrás. A veces ni siquiera vemos bien lo que está pasando en la tierra y esto puede resultar gracioso como en el caso de Rode (v 13), tan contenta de oír la voz de Pedro que le deja en la calle y va corriendo a dar la noticia. O la gente que está orando, que no conciben que Dios ha contestado sus oraciones, o Pedro mismo, que hasta que está en la calle (v 11) piensa que no está viendo la realidad.
Herodes, aunque lleva la espada, no puede adelantar en contra de Dios. La iglesia, sin espada, no puede perder. Por eso no pude estar acuerdo con uno de mis profesores que señalaba el éxito del emperador Constantino en el siglo IV como un gran paso hacia delante en la historia de la iglesia. Él conquistaba bajo la señal de la cruz después de “convertirse” al cristianismo. Así resultaba mucho más fácil para la iglesia. A Dios jamás le ha hecho falta la espada de un emperador romano. A los cristianos no les hace falta que las cosas sean fáciles. Somos del cielo y no de la tierra.
¿Utilizo recursos celestiales o me limito a terrenales?
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