Vitaminas (Lectura mínima) Marcos 6:1-5
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La gente de Nazaret conoce a Jesús desde pequeño, y se relacionan con su madre y sus hermanos (6:3) Para ellos Jesús es el carpintero, que ocupaba el lugar de José. De modo que las noticias sobre las maravillas que él realiza les escandaliza. Ellos no niegan la veracidad de los informes, sólo que piensan que uno de su propio pueblo no tiene que estar haciendo esas cosas. Viven en un plano muy bajo que no admite la obra de Dios. Su pueblo es afectado directamente por su actitud y Jesús no puede hacer allí muchos milagros (v 5).
Herodes vive en un plano de superstición. Roído por su conciencia por haber dado muerte al profeta Juan, está convencido de que Juan ha resucitado (v 16). No puede dormir tranquilo.
Los discípulos van cambiando de plano. No son estables. Lo mismo participan en uno de los milagros más espectaculares (v 44), y luego olvidan que Jesús tiene poder sobre la naturaleza (v 51). Marcos es el evangelista que más menciona la dureza de corazón de los discípulos (6:52, 8:17, 16:14). Tal vez se esté acordando de cuando él mismo resbalaba del plano espiritual al del miedo y desánimo también por tener el corazón endurecido.
¿Qué están haciendo exactamente los discípulos cuando se les endurece el corazón? Están remando, es decir, lo que mejor saben hacer. Precisamente peligramos cuando pensamos, “a mí no me gana nadie en esta actividad”. Cuando te lanzas a hacer algo nuevo, tienes que depender de Dios, pero cuando ya tienes experiencia, es fácil contar con tus propias fuerzas. Es entonces cuando te endureces y pierdes receptividad al mensaje de Dios.
¿Donde peligro yo de caer del plano espiritual?
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