jueves, 5 de marzo de 2009

Un viaje por la muerte

Texto de la semana Romanos 5:1-5
Menú completo Romanos 6

¿Te acuerdas para quién era la vida eterna? los que, perseverando en hacer el bien, buscan gloria, honra e inmortalidad (Romanos 2:7). Si el cielo no se gana por obras entonces ¿por qué vamos a perseverar en hacer el bien? Esto es el argumento que algunos han tomado contra Pablo. Su respuesta nos da el majestuoso capítulo de Romanos 6. Es uno de los capítulos de la Biblia cuya memorización más recomiendo. Léelo despacio y toma nota en primer lugar de las cosas que entiendes. Especialmente las que tienen que ver con la forma de vivir la vida cristiana. Las que no entiendes todavía te pueden servir porque no hay que entender toda la ciencia de las proteínas para que te sirva un trozo de carne. Lo que hay que hacer es masticar y tragar y luego hacer ejercicio.
Una de las verdades claves está en el v 14, El pecado no se enseñoreará de vosotros. Esto no es una exhortación, es una afirmación. Me dice algo que Dios me da, no algo que tengo que fabricar. No es el momento de decir, ¡Huy, eso es imposible! Es el momento de decir, ¡Gracias, Dios, por hacer lo imposible! 
Los antagonistas que quieren torcer las palabras de Pablo sacan la siguiente conclusión: “Como el perdón de Dios es tan inmenso, cuanto más pecamos, más se destaca su grandeza” Romanos 6 nos enseña que Dios no nos salva para pecar, sino para vivir en nueva vida, pasando por la muerte de Cristo. Es imposible contemplar la posibilidad de seguir ofendiendo a Dios. Estamos hechos para hacer el bien.
No encuentro en el libro de Romanos que el evangelio sea una especie de escalera de incendios para escapar del infierno. Es un medio para cumplir ese deseo que Dios ha puesto en nuestro corazón, la restauración de nuestra relación con Dios y una vida que sea de su agrado. Cuando pasamos por ese túnel de la muerte de Jesús juntamente con él, quedan atrás las cosas que antes nos dominaban. ¿Todavía te cuesta entenderlo? ¿Y a quién no? Mastica y practica. 
¿He visto lo ridículo de la pregunta de Romanos 6:1?

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