Jeremías 41-43 (Versión La Palabra)
El mensaje de Jeremías sigue vigente (y la gente sigue rebelde)
Resumiendo la historia de estos capítulos, vemos que no ha terminado la rebeldía en Israel, a pesar de haber experimentado la total derrota por parte de Babilonia. Nabucodonosor ha nombrado un gobernador, esta vez no de la familia real, como fue el caso de Sedequías, a quien había nombrado rey. Este gobernador tiene que encargarse de los pocos sobrevivientes que no han sido llevados cautivos a Babilonia. Pero hay un partido, de la familia real, que decide aprovechar la confusión del momento. Vienen con intención de matar al gobernador.
Vimos en la lectura anterior, que el gobernador es demasiado ingenuo, no se prepara para defenderse. Y los rebeldes de la familia real, como un boxeador que no se da cuenta que su fuerza se ha acabado, ejecutan el golpe de estado y huyen.
Es como Satanás, que sabe que le queda poco tiempo (Apocalipsis 12:12), pero no desiste. La maldad es un virus, que controla a sus víctimas y las lleva a estrellarse.
Curiosamente, los sobrevivientes siguen recurriendo al profeta Jeremías. ¿Qué hacemos? ¿No sería mejor huir a Egipto, fuera del dominio de Nabucodonosor? Después de 10 días llega la respuesta del Señor. Y el mensaje de Dios no ha cambiado. Y la rebeldía del pueblo no ha cambiado. Someteos a Nabucodonosor (por ejemplo, en el 27:8).
Jeremías no sólo ha recibido del Señor el mensaje para la gente, sino que también el Señor le ha revelado que este mensaje será rechazado. Así que, antes de que opinen, él dice (42:21), "Os lo acabo de comunicar hoy, pero no habéis hecho caso al Señor, vuestro Dios, en nada de lo que me ha enviado a deciros." Así que el profeta tiene que escuchar la misma reacción que ha tenido durante todos estos años, "Lo que estás diciendo es mentira. El Señor, nuestro Dios, no te ha enviado" (43:2).
Así que, Dios le da a Jeremías un mensaje más: el rey de Babilonia llegará hasta Egipto y ellos no escaparán.
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