miércoles, 29 de julio de 2020

Cursillo de Jeremías, Día 6

Jeremías 9:17-11:23 (Versión La Palabra)

Dos Dioses

Nuestro texto dice en el v 17, Señor del universo, literalmente Dios de los ejércitos. Es el imparable, el todopoderoso. Esta expresión, Dios de los ejércitos, aparece unas 80 veces en el libro de Jeremías.

Pero el profeta nos da aquí una extensa descripción de los dioses falsos, en el capítulo 10, y también en el 11.

¿A quién sigue la gente, al Dios que les ha dado protección y prosperidad durante siglos, o al dios falso que promete y no produce. La gente siguen a los dioses falsos, cuya única fuerza es el engaño. 
10:14-15 - Se embrutece quien se fía de su ciencia, el orfebre se avergüenza del ídolo que ha hecho: sus imágenes son mentira, sin espíritu; son frustrantes, obras engañosas
Muchos dioses falsos con muchos nombres. Jesús habló de un dios falso, que engaña también. Muchas personas que "reciben" la Palabra de Dios, posteriormente son seducidas por lo que promete el dinero - 
La semilla sembrada entre espinos representa a los que oyen el mensaje, pero los negocios de este mundo les preocupan demasiado y el amor a las riquezas los engaña: todo eso ahoga el mensaje y no le deja dar fruto en ellos (Mateo 13:22).
Jesús dijo (Lucas 16:13), No se puede servir a Dios y al dinero.

¿No te dan ganas de decir a voz en cuello, "Dios mío, cuenta conmigo. Toda mi esperanza está en ti. Tú has side fiel siempre. Me conformo con lo que tengo. Creo tu Palabra, que dice que busquemos primero tu reino, y tú proveerás para todas nuestras necesidades."?

Sigo pensando en la pregunta que propuse ayer, ¿Por qué el pueblo del Dios verdadero lo abandona por el culto a unos seres que no pueden hacer nada? Engaño. Y se trata de una seducción lenta: nuestra atención se distrae de las cosas de Dios y nos fijamos en cosas materiales, en juguetes, que muy poco a poco consiguen formar la gran ilusión, igual que los que no conocen a Dios.

Volvamos al 9:22 y 23, para tener un ancla para nuestra esperanza,
Así dice el Señor:
Que no alardee el sabio de sabiduría,
que no alardee el poderoso de poder,
que no alardee el rico de riqueza.
23 El que alardee, alardee de esto:
de tener entendimiento y conocerme,de saber que yo soy el Señor,
que pongo en práctica la fidelidad,
la justicia y el derecho en el país.
Estas son las cosas que me agradan


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