viernes, 26 de junio de 2020

El poder de creer (1 Juan 5)


A veces se oye expresiones como "Creo que va a llover". Eso no es la forma en que el Evangelio presenta el hecho de creer. Creer es estar convencido, de modo que afecta nuestras acciones y nuestro futuro. Juan 3:16-  “Tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna."
 
En el idioma original del Nuevo Testamento, el griego, se ve que "fe" y "creer" tienen la misma raíz. Creer es ejercer la fe.

El versículo 1 aquí nos da el resultado, somos hijos de Dios. Y el resto del capítulo nos da una cadena de efectos.
- El efecto de la fe es amor hacia los demás hijos de Dios. No se trata de un simple cariño humano, sino de la clase de amor que tiene efectos visibles.
- No solamente amamos a los hermanos de la raza que sean, sino que amamos a Dios, y eso produce obediencia. Todo emanando de nuestra decisión de creer en Dios. Cuando vemos a cualquier hermano que anda mal (v 16), nos disponemos a pedir a Dios por él. Pero no sólo eso, sino que y si vemos a un hermano con necesidades físicas, ponemos lo nuestro a su disposición. El que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el amor de Dios en él? Hijos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad (1 Juan 3:17-18).

- El v 5 da una promesa contundente. Los que creemos vencemos al mundo. Cuando creemos, comenzamos a ver lo que es "el mundo". Al final de esta epístola, aquí en el v 19, vemos la descripción, el mundo entero está bajo el poder del maligno. Se trata de un sistema diseñado por Satanás, con intención de mantenernos en oscuridad y confusión y falsas esperanzas. Lo conseguirá si nos mantiene en un estado de no creer (v 10).
- Esta cadena de efectos de la fe incluye la protección (v 18) con la garantía de que el maligno no nos puede tocar.



La fe, raíz del amor

5:1- Todo aquel que cree que Jesús es el Mesías, es hijo de Dios; y el que ama a un padre, ama también a los hijos de ese padre. 2- Cuando amamos a Dios y hacemos lo que él manda, sabemos que amamos también a los hijos de Dios. 3- El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus mandamientos no son una carga, 4- porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo. Y nuestra fe nos ha dado la victoria sobre el mundo. 5- El que cree que Jesús es el Hijo de Dios vence al mundo.

El testimonio acerca del Hijo de Dios

6- La venida de Jesucristo quedó señalada con agua y sangre; no solo con agua, sino con agua y sangre. El Espíritu mismo es testigo de esto, y el Espíritu es la verdad. 7- Tres son los testigos: 8- el Espíritu, el agua y la sangre; y los tres concuerdan. 9- Aceptamos el testimonio de los hombres, pero el testimonio de Dios es de mucho más valor, porque consiste en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

10- El que cree en el Hijo de Dios lleva este testimonio en su propio corazón; el que no cree en Dios le deja por mentiroso, porque no cree en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. 11- Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna y que esta vida está en su Hijo. 12- El que tiene al Hijo de Dios tiene también la vida, pero el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

CONCLUSIÓN

13- Os escribo esto a vosotros que creéis en el Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna. 14- Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo conforme a su voluntad, él nos oye. 15- Y así como sabemos que Dios oye nuestras oraciones, también sabemos que ya tenemos lo que le hemos pedido.

16- Si alguno ve que su hermano está cometiendo un pecado que no lleva a la muerte, debe orar, y Dios dará vida al hermano. Esto si se trata de un pecado que no lleva a la muerte. Hay pecado que lleva a la muerte y por ese pecado no digo que se deba orar. 17- Toda maldad es pecado, pero hay pecado que no lleva a la muerte.

18- Sabemos que el que tiene a Dios como Padre no sigue pecando, porque el Hijo de Dios cuida de él y el maligno no le toca. 19- Sabemos que somos de Dios y que el mundo entero está bajo el poder del maligno. 20- Sabemos también que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado entendimiento para conocer al Dios verdadero. Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna. 21- Hijitos, guardaos de los dioses falsos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario