lunes, 22 de junio de 2020

Podemos tener la misma relación que Juan (1 Juan 1)


Los 12 apóstoles son un grupo único e irrepetible. Estuvieron con Jesús. Cuando hubo que designar un sustituto de Judas, una de las condiciones era eso; había que nombrar a alguien de entre los hombres que nos han acompañado todo el tiempo que el Señor Jesús estuvo entre nosotros, desde que fue bautizado por Juan hasta que subió al cielo. (Hechos 1:21-22). Los 12 apóstoles son los cimientos de la iglesia (Apocalipsis 21:14).

Pero cuando Juan escribe esta epístola, ya no está Jesús presente físicamente. Sin embargo, está experimentando una auténtica comunión con él y con el Padre. Esta comunión, o unión, es la máxima relación que se puede tener. En esta relación se siente el amor de Dios, se mantiene comunicación con él, se comparte todo con él, se recibe mensajes de Dios. Esta relación continuará por toda la eternidad.

El deseo de Juan, escribiendo a todos los creyentes, es compartir esa comunión con nosotros, para que tengáis comunión con nosotros, como nosotros tenemos comunión con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo. No pudimos andar con Jesús por Galilea, pero sí podemos tener intimidad con él ahora.

Esta misma intención la tuvo Pedro cuando dice, que habéis llegado a tener una fe tan preciosa como la nuestra, porque nuestro Dios y Salvador Jesucristo es justo.

Incluso, hay una bendición especial para los que han creído sin ver. Jesús dijo a otro apóstol, Tomás, "¿Crees porque me has visto? ¡Dichosos los que creen sin haber visto!"

Juan sabe que hay una condición para tener comunión: limpieza. Por eso el énfasis en esta epístola en la victoria sobre el pecado.

Éste es un capítulo breve. Puedes leerlo y volverlo a leer y sumergirte en este baño del amor de Dios. Si no lo sabíamos antes, el pecado se deja atrás confesándoselo a Dios. Juan da primera importancia a la eficacia de la sangre de Jesús.


INTRODUCCIÓN

La palabra de vida

1:1- Os escribimos acerca de lo que ya existía desde el principio, de lo que hemos oído y de lo que hemos visto con nuestros propios ojos. Porque lo hemos visto y lo hemos tocado con nuestras manos. Se trata de la palabra de vida. 2- Esta vida se manifestó: nosotros la vimos y damos testimonio de ella, y os anunciamos esa vida eterna que estaba con el Padre y se nos ha manifestado.

3- Os anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que tengáis comunión con nosotros, como nosotros tenemos comunión con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo. 4- Os escribimos esto para que nuestra alegría sea completa.




PRIMER DESARROLLO TEMÁTICO

1. Comunión con Dios

5- Este es el mensaje que Jesucristo nos enseñó y que os anunciamos: Dios es luz y en él no hay ninguna oscuridad. 6- Si decimos que tenemos comunión con él y al mismo tiempo vivimos en la oscuridad, mentimos y no actuamos con verdad. 7- Pero si vivimos en la luz, así como Dios está en la luz, entonces tenemos comunión entre nosotros y la sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.

8- Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no hay verdad en nosotros; 9- pero si confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que Dios, que es justo, nos perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad. 10- Si decimos que no hemos cometido pecado, dejamos a Dios por mentiroso y no hemos aceptado verdaderamente su palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario