¿Por qué dice Pablo aquí (v 4) que la venida de Jesús no tiene que ser una sorpresa para nosotros? ¿Nos va a dar una fecha? No hace falta, porque le esperamos hoy. Por mucho tiempo que pase, cada día estamos en espera. Si no viene durante nuestra vida, eso no impide que formemos parte de ese grupo que Pablo llama los que con amor esperan su regreso. (2 Timoteo 4:8). Si vives 50 años como cristiano, son 18.263 días en que estás pendiente.
En el capítulo 4 vimos que el mensaje de la vigilancia tiene que estar en nuestra boca cuando hablamos con los hermanos. Puede que alguien esté a punto de perder su norte y nuestro ejemplo le reoriente. No hay que dejar de trabajar de forma honrada, ni de hacer planes. Pero Jesús se reserva el derecho de cambiar totalmente nuestros planes como le hemos visto hacer con Pablo, cambiándole de rumbo para Macedonia y negándole la petición de hacer una visita a Tesalónica. Hay una frase en Hebreos (10:25), que lo resume muy bien: animémonos unos a otros; tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca. O, como dice aquí en el v 11, fortaleceos unos a otros.
Hay una ráfaga de 7 frases cortas, que nos servirán en cualquier momento, del v 16 al 22.
5:1- En
cuanto a las fechas y los tiempos, hermanos, no es necesario que yo os escriba.
2- Sabéis muy bien que el día del regreso del Señor llegará cuando menos se
espere, como llega un ladrón en la noche. 3- Cuando la gente diga “Todo está en
paz y tranquilo”, vendrá de repente sobre ellos la destrucción, como vienen los
dolores de parto a una mujer encinta, y no podrán escapar.
4- Pero
vosotros, hermanos, no estáis en la oscuridad para que el día del regreso del
Señor os sorprenda como un ladrón. 5- Todos vosotros sois de la luz y del día:
no somos de la noche ni de la oscuridad. 6- Por eso, no debemos dormir como los
otros, sino mantenernos despiertos y en nuestro sano juicio. 7- Los que
duermen, duermen de noche, y los que se emborrachan, se emborrachan de noche; 8-
pero nosotros, que somos del día, debemos estar siempre en nuestro sano juicio.
Debemos protegernos, como con una coraza, con la fe y el amor; y cubrirnos,
como con un casco, con la esperanza de la salvación.
9- Porque
Dios no nos destinó a recibir el castigo, sino a alcanzar la salvación por
medio de nuestro Señor Jesucristo. 10- Jesucristo murió por nosotros, para que,
tanto si vivimos como si morimos, vivamos juntamente con él. 11- Por eso,
animaos y fortaleceos unos a otros, como ya lo estáis haciendo.
La
conducta cristiana
12- Hermanos, os
rogamos que respetéis a quienes trabajan entre vosotros y os dirigen y
aconsejan en el Señor; 13- debéis estimarlos y amarlos mucho por el trabajo que
llevan a cabo. Vivid en paz unos con otros.
14- También os
encargamos, hermanos, que reprendáis a los que no quieren trabajar, que animéis
a los desanimados, que ayudéis a los débiles y que tengáis paciencia con todos.
15- Mirad que nadie pague mal por mal. Al contrario, procurad hacer siempre el
bien, lo mismo entre vosotros que a todos los demás.
16- Estad siempre
contentos. 17- Orad en todo momento. 18- Dad gracias a Dios por todo, porque
esto es lo que él quiere de vosotros como creyentes en Cristo Jesús. 19- No
apaguéis el fuego del Espíritu. 20- No despreciéis el don de profecía. 21- Sometedlo
todo a prueba y retened lo bueno. 22- Apartaos de toda clase de mal.
23- Que Dios
mismo, el Dios de paz, os haga perfectamente santos y os conserve todo vuestro
ser, espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno, para el regreso de nuestro Señor
Jesucristo. 24- El que os ha llamado es fiel, y lo cumplirá.
Despedida
25- Hermanos,
orad también por nosotros. 26- Saludad a todos los hermanos con un beso santo. 27-
Os encargo, por la autoridad del Señor, que leáis esta carta a todos los hermanos.
28- Que nuestro Señor Jesucristo derrame su gracia sobre vosotros.
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