jueves, 12 de marzo de 2020

Midiendo nuestra fe (Romanos 12)

Como dije respecto a Romanos 8, y como se podría decir sobre cualquier texto, esto es mucho para el poco tiempo que tenemos. Pero esta lectura diaria no pretende ser un estudio exhaustivo, sino que cada año vamos repasando estas lecturas del Nuevo Testamento, que es nuestro alimento diario.

En Romanos 12 hay algo interesante sobre el tema que nos propusimos al principio, es decir, estamos aprendiendo lo que Pablo dice aquí sobre la fe. Nos va a decir Pablo que hay diferentes medidas de fe.

Saltemos al versículo 3. Usando diferentes versiones de la Biblia trataremos de conseguir una vista completa de lo que Dios nos está diciendo. 

Nueva Versión Internacional - Por la gracia que se me ha dado, os digo a todos vosotros: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado.

Versión de la Conferencia Episcopal - Por la gracia de Dios que me ha sido dada os digo a todos y a cada uno de vosotros: No os estiméis en más de lo que conviene, sino estimaos moderadamente, según la medida de la fe que Dios otorgó a cada cual

Versión Reina Valera Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.

Traducción en Lenguaje Actual  Dios en su bondad me nombró apóstol, y por eso les pido que no se crean mejores de lo que realmente son. Más bien, véanse ustedes mismos según la capacidad que Dios les ha dado como seguidores de Cristo.

Lo que vemos es que Dios nos ha dado a cada uno cierta medida de fe. Para usar bien esta fe no tenemos que copiar a otros, ni tener delirios de grandeza. Lo que sí tenemos que hacer es evaluar lo que tenemos (preferiblemente con las aportaciones de nuestros hermanos en la fe) y ponerlo todo al servicio de Dios.

Lo comparo con el tiro al arco. Cada arco tiene sus correspondientes flechas. No vamos a
acertar usando flechas demasiado pesadas y no vamos a usar toda la potencia del arco con flechas demasiado pequeñas. Manteniendo en cuenta que nuestro arco de la fe es como un músculo que se desarrolla con el uso, debemos ir caminando con Dios y que él nos asesore sobre cada paso.

Entonces, cuando respondemos a la llamada (v 1) para presentar nuestros cuerpos a Dios, lo haremos de la manera que a él le agrade y a nosotros nos garantice el éxito.
En los vss 6 a 8 se nombran 7 dones que recibimos de Dios de la misma manera que todo lo demás, por la fe. Nos conviene estudiar esto a fondo y conocer cuál es nuestro don, para funcionar óptimamente.

A partir del v 9 hay una serie de instrucciones para vivir la vida cristiana de forma plena. No olvides que todo esto describe tu ADN, tu nueva naturaleza. 


II. SECCIÓN EXHORTATORIA

La vida nueva

12:1- Por tanto, hermanos míos, os ruego por la misericordia de Dios que os presentéis a vosotros mismos como ofrenda viva, consagrada y agradable a Dios. Este es el verdadero culto que debéis ofrecer. 2- No viváis conforme a los criterios del tiempo presente; por el contrario, cambiad vuestra manera de pensar, para que así cambie vuestra manera de vivir y lleguéis a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto. 

3- Por el encargo que Dios me ha dado en su bondad, os digo a todos que nadie piense de sí mismo más de lo que debe pensar. Antes bien, piense cada uno de sí con moderación, según los dones que Dios le haya concedido junto con la fe. 4- Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros sirven para lo mismo, 5- así también nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo y estamos unidos unos a otros como miembros de un mismo cuerpo. 

6- Dios nos ha concedido diferentes dones, conforme a lo que quiso conceder a cada uno. Y si Dios nos ha concedido el don de profecía, hablemos según la fe que tenemos; 7- si nos ha concedido el don de servir a otros, sirvámosles bien. El que haya recibido el don de enseñar, dedíquese a la enseñanza; 8- el que haya recibido el don de animar a otros, dedíquese a animarlos. El que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un puesto de responsabilidad, desempeñe su cargo con todo esmero; el que ayuda a los necesitados, hágalo con alegría.

Deberes de la vida cristiana

9- Amaos con toda sinceridad. Aborreced lo malo y seguid lo bueno. 10- Amaos como hermanos los unos a los otros, dándoos mutuamente preferencia y respeto. 11- Esforzaos, no seáis perezosos y servid al Señor con corazón ferviente. 12- Vivid alegres por la esperanza que tenéis; soportad con valor los sufrimientos; no dejéis nunca de orar. 

13- Ayudad en sus necesidades a los que pertenecen al pueblo santo; recibid bien a los que os visitan. 14- Bendecid a los que os persiguen; bendecidlos y no los maldigáis. 15- Alegraos con los que están alegres y llorad con los que lloran. 16- Vivid en armonía unos con otros. No seáis orgullosos, sino poneos al nivel de los humildes. No os tengáis por sabios. 

17- No paguéis a nadie mal por mal. Procurad hacer lo bueno delante de todos. 18- Hasta donde dependa de vosotros, haced lo posible por vivir en paz con todos. 19- Queridos hermanos, no os toméis la justicia por vuestra mano, sino dejad que sea Dios quien castigue; porque el Señor dice en la Escritura:

“A mí me corresponde hacer justicia; yo pagaré.”

20- Y también:

“Si tu enemigo tiene hambre dale de comer; si tiene sed dale de beber. Así harás que le arda la cara de vergüenza.”

21- No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence con el bien el mal.

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