Si conoces el Antiguo Testamento, comprenderás mejor estos párrafos. Los primeros 24 versículos nos permiten ver cómo Dios obra y cómo no abandona nunca sus objetivos.
Pero vamos a saltar a los vss 24 y 25 para ver un gran motivo de esperanza. En general los comentaristas evangélicos entienden con estos textos que en los tiempos finales habrá un gran movimiento hacia Cristo en el pueblo judío. Cuando volví a leer hoy sobre los injertos, se me ocurrió algo que quisiera compartir contigo. Siempre me ha parecido raro que se injerte ramas silvestres (acebuche) en un tronco de auténtico olivo. Con otros frutales se hace lo contrario, aprovechando un tronco robusto y resistente pero obteniendo fruta de calidad con los injertos.
Los judíos son un pueblo que ha contribuido mucho a la humanidad (para bien y para mal): premios Nobel, Internet, psicoanálisis, política, finanzas, literatura, cine, etc. En gran parte la iglesia no se benefició de todo esto cuando el pueblo judío rechazó a su Mesías. Sin embargo, Dios hizo grandes cosas con las ramas de acebuche. Ahora, al producir la iglesia esa admiración por parte del pueblo judío (11:11) y que vuelvan a entrar mediante el re-injerto en la bendición que Dios les tiene asignada, la iglesia de Cristo podrá ser motivo de admiración para todo el mundo.
Hay mucho que no entendemos. Por eso me parece muy acertada la manera en que Pablo termina. ¿Quién conoce la mente del Señor y Quién podrá aconsejarle?... Gloria a Dios para siempre, Amen.
Los designios de Dios
11:1- Ahora
pregunto: ¿Será que Dios ha rechazado a su pueblo? ¡De ninguna manera! Yo mismo
soy israelita, descendiente de Abraham y perteneciente a la tribu de Benjamín.
2- Desde el principio, Dios había reconocido a los israelitas como su pueblo; y
ahora no los ha rechazado. ¿No sabéis que la Escritura dice en la historia del
profeta Elías que éste, en su oración a Dios, acusó al pueblo de Israel? Dijo:
3- “Señor, han matado a tus profetas y han destruido tus
altares. Solo yo he quedado con vida y a mí también me quieren matar.”
4-
Pero Dios le contestó:
“He apartado para mí siete mil hombres que no se han
arrodillado ante el dios Baal.”
5-
Pues, de la misma manera, ahora ha quedado un pequeño resto de ellos, que Dios,
en su bondad, ha escogido. 6- Y si es por la bondad de Dios, ya no es por los
hechos; porque si así fuera, la bondad de Dios ya no sería bondad. 7- Entonces,
¿qué? Pues que los israelitas no consiguieron lo que buscaban, en tanto que los
que Dios escogió sí lo consiguieron. Los demás fueron endurecidos, 8- como dice
la Escritura:
“Dios los hizo espiritualmente insensibles, y así siguen
hasta el día de hoy. Les dio ojos que no ven y oídos que no oyen.”
9- También dice David:
“Que sus banquetes se les vuelvan trampas y redes, para
que tropiecen y sean castigados. 10- Que sus ojos se queden ciegos y no vean; que
su espalda se les doble para siempre.”
11-
Ahora pregunto: ¿Será que los judíos, al tropezar, cayeron para no levantarse?
¡De ninguna manera! Al contrario, al desobedecer los judíos, los demás han
podido alcanzar la salvación y provocar así los celos de los israelitas. 12-
Por eso, si el delito y el fracaso de los judíos han resultado beneficiosos
para el mundo, para los no judíos, ¡mucho más beneficiosa será su plena
restauración!
13- Pero tengo algo que deciros a vosotros, los que no sois judíos. Puesto que Dios me ha enviado como apóstol a los no judíos, yo doy mucha importancia a este servicio mío. 14- Quiero que los de mi propia raza sientan celos de vosotros, para que así algunos de ellos alcancen la salvación. 15- Pues si el rechazo de los judíos ha significado para el mundo la reconciliación con Dios, ¿qué no significará el que ellos sean aceptados? ¡Nada menos que vida para los que estaban muertos!
16- Pues si el primer pan que se hace de la masa está consagrado a Dios, también lo está la masa entera. Y si la raíz de un árbol está consagrada a Dios, también lo están las ramas. 17- De entre los judíos, que eran como las ramas naturales del olivo, algunos fueron cortados, y en su lugar fuiste injertado tú, que eras como una rama de olivo silvestre. Así llegaste a tener parte en la misma raíz y en la misma savia del olivo.
18- Pero no te creas mejor que las ramas naturales. Y si te crees mejor, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz sino que la raíz te sostiene a ti. 19- Tal vez dirás: “Sí, pero las ramas fueron cortadas para injertarme a mí en el olivo.” 20- Bien, pero fueron cortadas porque no tenían fe, mientras que tú estás ahí únicamente porque tienes fe. Así que no te jactes, sino más bien siente temor. 21- Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.
22- Mira, pues, qué bueno es Dios, aunque también qué severo. Ha sido severo con los que cayeron y ha sido bueno contigo. Pero tienes que vivir siempre de acuerdo con su bondad, pues de lo contrario también tú serás cortado. 23- Por otra parte, si los judíos abandonan su incredulidad serán injertados de nuevo, pues Dios tiene poder para volver a injertarlos. 24- Porque si tú, que no eres judío, fuiste cortado de un olivo silvestre e injertado contra lo natural en el olivo auténtico, ¡cuánto más los judíos, que son las ramas naturales del olivo auténtico, serán injertados nuevamente en su propio olivo!
13- Pero tengo algo que deciros a vosotros, los que no sois judíos. Puesto que Dios me ha enviado como apóstol a los no judíos, yo doy mucha importancia a este servicio mío. 14- Quiero que los de mi propia raza sientan celos de vosotros, para que así algunos de ellos alcancen la salvación. 15- Pues si el rechazo de los judíos ha significado para el mundo la reconciliación con Dios, ¿qué no significará el que ellos sean aceptados? ¡Nada menos que vida para los que estaban muertos!
16- Pues si el primer pan que se hace de la masa está consagrado a Dios, también lo está la masa entera. Y si la raíz de un árbol está consagrada a Dios, también lo están las ramas. 17- De entre los judíos, que eran como las ramas naturales del olivo, algunos fueron cortados, y en su lugar fuiste injertado tú, que eras como una rama de olivo silvestre. Así llegaste a tener parte en la misma raíz y en la misma savia del olivo.
18- Pero no te creas mejor que las ramas naturales. Y si te crees mejor, recuerda que no eres tú quien sostiene a la raíz sino que la raíz te sostiene a ti. 19- Tal vez dirás: “Sí, pero las ramas fueron cortadas para injertarme a mí en el olivo.” 20- Bien, pero fueron cortadas porque no tenían fe, mientras que tú estás ahí únicamente porque tienes fe. Así que no te jactes, sino más bien siente temor. 21- Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, tampoco a ti te perdonará.
22- Mira, pues, qué bueno es Dios, aunque también qué severo. Ha sido severo con los que cayeron y ha sido bueno contigo. Pero tienes que vivir siempre de acuerdo con su bondad, pues de lo contrario también tú serás cortado. 23- Por otra parte, si los judíos abandonan su incredulidad serán injertados de nuevo, pues Dios tiene poder para volver a injertarlos. 24- Porque si tú, que no eres judío, fuiste cortado de un olivo silvestre e injertado contra lo natural en el olivo auténtico, ¡cuánto más los judíos, que son las ramas naturales del olivo auténtico, serán injertados nuevamente en su propio olivo!
25-
Hermanos, quiero que sepáis este designio secreto de Dios, para que no os
creáis sabios: En parte el pueblo de Israel se ha endurecido, pero solo hasta
que hayan entrado todos los que no son de Israel. 26- Cuando esto suceda, todo
Israel alcanzará la salvación, pues la Escritura dice:
“De Sión vendrá el libertador y apartará de Jacob la
maldad. 27- Este será mi pacto con ellos cuando yo quite sus pecados.”
28-
En cuanto al evangelio, los judíos son tenidos por enemigos de Dios a fin de
daros oportunidad a vosotros; pero Dios todavía los ama, porque escogió a sus
antepasados. 29- Pues lo que Dios da no lo quita, ni revoca su llamamiento. 30-
En tiempos pasados, vosotros desobedecisteis a Dios; pero ahora que los judíos
han desobedecido, Dios tiene compasión de vosotros. 31- De la misma manera,
ellos han desobedecido ahora, pero solamente para que Dios tenga compasión de
vosotros y para que, también ahora, tenga compasión de ellos. 32- Porque Dios
sujetó a todos por igual a la desobediencia con el fin de tener por igual
compasión de todos.
33- ¡Qué profundas son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento! Nadie puede explicar sus decisiones ni llegar a comprender sus caminos. 34- Pues,
33- ¡Qué profundas son las riquezas de Dios, y su sabiduría y entendimiento! Nadie puede explicar sus decisiones ni llegar a comprender sus caminos. 34- Pues,
“¿quién conoce la mente del Señor? ¿Quién podrá aconsejarle? 35- ¿Quién le ha dado algo antes, para luego exigirle que lo devuelva?”36- Porque todas las cosas vienen de Dios, y existen por él y para él. ¡Gloria para siempre a Dios! Amén.
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