martes, 19 de febrero de 2019

¿Alguien se da cuenta?

19-febrero

Mateo  27:35-44
35  Y habiéndole crucificado, se repartieron sus vestidos, echando suertes;
36  y sentados, le custodiaban allí.
37  Y pusieron sobre su cabeza la acusación contra El, que decía: ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDÍOS.
38  Entonces fueron crucificados con El dos ladrones, uno a la derecha y otro a la izquierda.
39  Los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza
40  y diciendo: Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo, si eres el Hijo de Dios, y desciende de la cruz.
41  De igual manera, también los principales sacerdotes, junto con los escribas y los ancianos, burlándose de El, decían:
42  A otros salvó; a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es; que baje ahora de la cruz, y creeremos en El.
43  EN DIOS CONFIA; QUE le LIBRE ahora SI EL LE QUIERE; porque ha dicho: "Yo soy el Hijo de Dios."
44  En la misma forma le injuriaban también los ladrones que habían sido crucificados con El.

Marcos   15:24-32
24  Cuando le crucificaron, se repartieron sus vestidos, echando suertes sobre ellos para decidir lo que cada uno tomaría.
25  Era la hora tercera cuando le crucificaron.
26  Y la inscripción de la acusación contra El decía: EL REY DE LOS JUDÍOS.
27  Crucificaron con El a dos ladrones; uno a su derecha y otro a su izquierda.
28  Y se cumplió la Escritura que dice: Y con los transgresores fue contado.
29  Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: ¡Bah! Tú que destruyes el templo y en tres días lo reedificas,
30  ¡sálvate a ti mismo descendiendo de la cruz!
31  De igual manera, también los principales sacerdotes junto con los escribas, burlándose de El entre ellos, decían: A otros salvó, a sí mismo no puede salvarse.
32  Que este Cristo, el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos y creamos. Y los que estaban crucificados con El también le insultaban.

Lucas 23:33-38
33  Cuando llegaron al lugar llamado "La Calavera", crucificaron allí a Jesús y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda.
34  Y Jesús decía: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. Y echaron suertes, repartiéndose entre sí sus vestidos.
35  Y el pueblo estaba allí mirando; y aun los gobernantes se mofaban de El, diciendo: A otros salvó; que se salve a sí mismo si este es el Cristo de Dios, su Escogido.
36  Los soldados también se burlaban de El, acercándose y ofreciéndole vinagre,
37  y diciendo: Si tú eres el Rey de los judíos, sálvate a ti mismo.
38  Había también una inscripción sobre El, que decía: ESTE ES EL REY DE LOS JUDÍOS.


Siendo un lugar público, por donde pasaba la gente, los autores identifican a los espectadores y su reacción. Se ve que Jesús es un personaje muy conocido. Algunos que pasan por ahí le reclaman el cumplimiento de sus palabras acerca de la reconstrucción del templo. Los jefes de los judíos no se portan como líderes religiosos, sino que demuestran su vulgaridad. Éstos incluso ofrecen hacerse seguidores de Jesús, con una condición, que baje de la cruz. Imagina el dolor de sus seres queridos, incluso su madre, también presente.

Esto no es un partido de fútbol, donde se ve claramente quién gana. Nadie se da cuenta de lo que está pasando. ¡Jesús ha perdido, definitivamente! Tal vez el que más discernimiento muestra es el centurión, que como veremos en un par de días, exclamó, Verdaderamente era el Hijo de Dios. ¿Y qué tenemos ahora como símbolo del cristianismo, que se ha extendido por todo el planeta?  

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