lunes, 9 de mayo de 2011

Agua y Fuego

Aperitivo                          2 Pedro 3:5-10
Menú completo                2 Pedro 3

    La intención de Pedro en escribir estas cartas es clara: que no olvidemos las palabras de los profetas y de Jesús y de los apóstoles (v 2). Uno de los profetas que le interesa es Isaías quien en el 66:15 dice, Porque he aquí que el Señor vendrá con fuego y sus carros como un torbellino, para descargar su ira con furor y su reprensión con llama de fuego. Otro es Sofonías, Ni su plata ni su oro podrán librarlos en el día de la ira del Señor, pues toda la tierra será consumida con el fuego de su celo (Sof 1:18). Son profetas que hablan del día del Señor. Hubo otro “día”, cuando la humanidad fue destruida por medio de un elemento que es esencial para la vida en la tierra, el agua, en tiempos de Noé (3:6). El agua ya estaba allí, sólo hacía falta abrir las fuentes (Génesis 7:11) El siguiente día de juicio será por fuego.
    Muchas veces he oído hablar de este tema con el fin de despertar a las personas que no han puesto su fe en Jesús, pero para Pedro es un tremendo motivo de estar en forma los creyentes. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios (3:11,12). Me viene bien esta exhortación. Además, coincide con uno de mis textos preferidos en Proverbios, que habla de la importancia de la diligencia. Si vamos a procurar con diligencia ser hallados sin mancha (v 14), hay que concentrarnos en ello, no se puede atender con diligencia a varias cosas a la vez. Hay que responder en seguida a indicaciones de alarma. Y Dios es paciente. De esa paciencia depende la salvación (v 15) que él desea que tengan todos (v 9).
¿Estoy alerta?

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