martes, 1 de febrero de 2011

Un forastero que no entiende

Vitaminas   Hechos 27:21-26
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Pablo no es marinero. Su único cargo en este viaje es de prisionero. Además es judío y los demás son romanos. Sin embargo se atreve a dar consejos a gente curtida en el mar. Primero dice que no desembarquen porque habrá naufragio y van a perder todo el cargamento (v 10). Seguro que piensan, “Este forastero ¿qué sabe de la navegación?” Pero Pablo tenía razón porque estaba en contacto con Dios, que sí entiende de navegación.
Luego Pablo sigue “metiéndose” y dice, “haberme hecho caso” (v 21). ¿Qué es lo que pretende este hombre? Se preocupa por los demás. Él ha hablado otra vez con Dios y tiene nuevas instrucciones. A ver si le hacen caso esta vez. Lo que quiere ahora es que coman porque con el susto de la tormenta se han debilitado por no comer. Es curioso. Cuando las cosas iban bien Pablo tenía palabras de advertencia. Ahora cuando van mal tiene palabras de ánimo. Nos pasa así muchas veces a los cristianos. Debido a que vemos cosas que los demás no ven, no nos entienden. Por ejemplo queremos advertir a alguien sobre su mal camino, y él sólo piensa que queremos estropearle la fiesta.
Tenemos que aprender de Pablo también a no abandonar a las personas que no nos hacen caso. Puedes hacer una diferencia en su vida. Todos en el barco se van a salvar debido a la presencia de Pablo (v 24). Aunque no te hagan caso, te necesitan.

¿Tengo amor hacia los que no me hacen caso?

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