domingo, 13 de febrero de 2011

Conociendo mejor a Dios

Vitaminas (Lectura mínima)            Romanos 11:33-36
Menú completo                              Romanos 11
    Al leer el capítulo entero de Romanos 11, posiblemente no lo comprendas del todo pero sí puedes llegar a la misma conclusión que Pablo. La mano de Dios en la historia nos lleva a decir, ¿Quién entendió la mente del Señor, o quién fue su consejero?  (v 34) ¡Qué grande es Dios! Todo lo utiliza para el bien de todos. ¡Qué paciente es Dios! Con la desobediencia de un pueblo forma un instrumento para bendecir a otro pueblo (v 11). Este pueblo nuevo servirá para restaurar al antiguo. Entonces el pueblo antiguo traerá mucha más bendición a todo el mundo.
    Mi consejo sería que no trates de trasladar en seguida estos conceptos a tu propia situación. Deja eso para más adelante. Toma tiempo para reflexionar en lo pequeños que somos nosotros y lo grande que es nuestro Dios, el que nos permite que le llamemos Padre Nuestro. Tal vez te pones a reír al pensar en lo ridículo que es oponerse a Dios (recuerda el 9:17) o lo igualmente ridículo que un hijo de Dios piense que las cosas van a salir mal. O quizás te pones a llorar pensando en las veces que has intentado arreglar las cosas por tu cuenta.
Vamos a quedarnos con un par de verdades principales:
' El amor de Dios hacia un pueblo rebelde (v 28) nos recuerda que tampoco nada nos puede separar de su amor, como hemos visto en el 8:38. Si tú has caído, no es definitivo (v 11). Dios tiene planes para ti todavía.
' Lo que Dios da es para siempre. Sus dones y llamamiento son irrevocables (v 29). Todo su poder y sabiduría se concentran en llevarte al destino que tenía para ti desde la eternidad. Te conocía desde antes (v 2). Para él no hay sorpresas.

¿Cuál es mi historia respecto a la bondad de Dios

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