Menú del día Hechos 1
En Jerusalén en la fiesta de la Pascua fue sacrificado el Cordero de Dios. Las fiestas de Israel tienen una gran enseñanza. 7 semanas después viene otra fiesta, también de obligatoria asistencia para todo varón judío. Pentecostés significa el número cincuenta. Dos aspectos de esta fiesta son: presentar las primeras muestras de la cosecha del trigo y evitar cualquier trabajo físico.
En cumplimiento de la fiesta de Pentecostés (Hechos 2) tenemos la muestra del primer fruto de la gran cosecha de Dios. Cuando Jesús se despide de los apóstoles pocos días antes de este evento les da instrucciones específicas: ‘No salgáis de Jerusalén sino esperad...” (Hechos 1:4). Pentecostés no es tiempo de trabajar, sino de dejar que Dios trabaje. Tienen que esperar. Todos éstos estaban unánimes, entregados de continuo a la oración (Hechos 1:14). La obra la hace Dios. El poder viene del Espíritu Santo, no de nuestros esfuerzos. Lo que se va a ver ahora es tan grande que no puede depender del sudor humano. Lo principal que tienen que aprender los discípulos es depender del poder de Dios.
Así que se preparan. Llenan el vacante que dejó Judas y pasan el tiempo en oración. Sin orden del día, sin estrategia, sabiendo que no les toca saber los tiempos o las ocasiones (y 7). El grupo no se limita a los doce apóstoles. Son unas 120 personas, hombres y mujeres. La promesa que Jesús dio cuando dijo "Recibid el Espíritu Santo” (Juan 20:22) es aplicable a un colectivo mucho más amplio. El Espíritu Santo es también para _______________________ (tu nombre), que recibirá poder (y 8) No dependerá de sus propias fuerzas sino del Espíritu Santo.
¿He aprendido que los resultados dependen de Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario