jueves, 21 de marzo de 2019

Cambios de plan (Hechos 15 y 16)

21-marzo

El gran apóstol Pablo se puede equivocar. Simplemente por falta de experiencia. Creo que el desacuerdo entre Pablo y Bernabé que leemos al final de Hechos 15 fue una equivocación. Pablo hace bien, muy bien, en la propuesta de volver a visitar las iglesias en las ciudades donde han predicado. Bernabé hace bien en su deseo de rehabilitar a Marcos. Incluso, creo que Pablo tiene razón en no querer llevar a un desertor en este viaje. 

Entonces ¿cuál es su equivocación? Creo que a ninguno de los dos se le había ocurrido que Dios quería tener ahora dos equipos. Y tuvieron que descubrir este cambio de plan mediante un desacuerdo irreconciliable. Cada uno de estos dos apóstoles tiene clarísima su propia vocación. Bernabé la lleva en el apodo que le dieron al principio, hijo de consolación (Hechos 4:36). Esa palabra en griego es paraklesis, que es uno de los siete dones nombrados en Romanos 12:8. A veces se traduce exhortación. Conviene entender un poco sobre el significado de esta palabra. Para significa "al lado de". Bernabé tiene un llamamiento especial para ponerse al lado de otro creyente y ofrecerle un aprendizaje. Ya ha terminado de hacer esto con Pablo. Y siente un enorme impulso por parte del Espíritu Santo de hacer lo mismo con su sobrino Marcos. 

Pablo, en cambio, tiene vocación de apóstol, de pionero. No está pensando solamente en afirmar ahora las iglesias que ha dejado en el norte, sino más allá, en la gran ciudad de Éfeso. Para ello necesita un equipo de soldados. Así que se forman 2 equipos que van en 2 direcciones. Con el tiempo comprenderán que ha sido la mejor decisión. Su equivocación fue en no darse cuenta que el plan de Dios era exactamente tener 2 equipos. 

Hechos 15:36-  Después de algunos días Pablo dijo a Bernabé: Volvamos y visitemos a los hermanos en todas las ciudades donde hemos proclamado la palabra del Señor, para ver cómo están.  37-  Bernabé quería llevar también con ellos a Juan, llamado Marcos38-  pero Pablo consideraba que no debían llevar consigo a quien los había desertado en Panfilia y no los había acompañado en la obra.  39-  Se produjo un desacuerdo tan grande que se separaron el uno del otro, y Bernabé tomó consigo a Marcos y se embarcó rumbo a Chipre.  40-  Mas Pablo escogió a Silas y partió, siendo encomendado por los hermanos a la gracia del Señor.  41-  Y viajaba por Siria y Cilicia confirmando a las iglesias.  

16:1-  Llegó también a Derbe y a Listra. Y estaba allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego,  2-  del cual hablaban elogiosamente los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.  3-  Pablo quiso que éste fuera con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era griego.  4-  Y conforme pasaban por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que los observaran.  5-  Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y diariamente crecían en número.  6-  Pasaron por la región de Frigia y Galacia, habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia,  7-  y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.  8-  Y pasando por Misia, descendieron a Troas.  9-  Por la noche se le mostró a Pablo una visión: un hombre de Macedonia estaba de pie, suplicándole y diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.  10-  Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio.  11-  Así que, zarpando de Troas, navegamos con rumbo directo a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis,  12-  y de allí a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia romana ; en esta ciudad nos quedamos por varios días.  13-  Y en el día de reposo salimos fuera de la puerta, a la orilla de un río, donde pensábamos que habría un lugar de oración; nos sentamos y comenzamos a hablar a las mujeres que se habían reunido.  14-  Y estaba escuchando cierta mujer llamada Lidia, de la ciudad de Tiatira, vendedora de telas de púrpura, que adoraba a Dios; y el Señor abrió su corazón para que recibiera lo que Pablo decía.  15-  Cuando ella y su familia se bautizaron, nos rogó, diciendo: Si juzgáis que soy fiel al Señor, venid a mi casa y quedaos en ella. Y nos persuadió a ir.  16-  Y sucedió que mientras íbamos al lugar de oración, nos salió al encuentro una muchacha esclava que tenía espíritu de adivinación, la cual daba grandes ganancias a sus amos, adivinando.  17-  Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, gritaba diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os proclaman el camino de salvación.  18-  Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando esto a Pablo, se volvió y dijo al espíritu: ¡Te ordeno, en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella! Y salió en aquel mismo momento.  19-  Pero cuando sus amos vieron que se les había ido la esperanza de su ganancia, prendieron a Pablo y a Silas, y los arrastraron hasta la plaza, ante las autoridades;  20-  y después de haberlos presentado a los magistrados superiores, dijeron: Estos hombres, siendo judíos, alborotan nuestra ciudad,  21-  y proclaman costumbres que no nos es lícito aceptar ni observar, puesto que somos romanos.  22-  La multitud se levantó a una contra ellos, y los magistrados superiores, rasgándoles sus ropas, ordenaron que los azotaran con varas.  23-  Y después de darles muchos azotes, los echaron en la cárcel, ordenando al carcelero que los guardara con seguridad;  24-  el cual, habiendo recibido esa orden, los echó en el calabozo interior y les aseguró los pies en el cepo.  25-  Como a medianoche, Pablo y Silas oraban y cantaban himnos a Dios, y los presos los escuchaban.  26-  De repente se produjo un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel fueron sacudidos; al instante se abrieron todas las puertas y las cadenas de todos se soltaron.  27-  Al despertar el carcelero y ver abiertas todas las puertas de la cárcel, sacó su espada y se iba a matar, creyendo que los prisioneros se habían escapado.  28-  Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí.  29-  Entonces él pidió luz y se precipitó adentro, y temblando, se postró ante Pablo y Silas,  30-  y después de sacarlos, dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo?  31-  Ellos respondieron: Cree en el Señor Jesús, y serás salvo, tú y toda tu casa32-  Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa.  33-  Y él los tomó en aquella misma hora de la noche, y les lavó las heridas; enseguida fue bautizado, él y todos los suyos.  34-  Llevándolos a su hogar, les dio de comer, y se regocijó grandemente por haber creído en Dios con todos los suyos.  35-  Cuando se hizo de día, los magistrados superiores enviaron a sus oficiales, diciendo: Suelta a esos hombres.  36-  El carcelero comunicó a Pablo estas palabras, diciendo: Los magistrados superiores han dado orden de que se os suelte. Así que, salid ahora e id en paz.  37-  Mas Pablo les dijo: Aunque somos ciudadanos romanos, nos han azotado públicamente sin hacernos juicio y nos han echado a la cárcel; ¿y ahora nos sueltan en secreto? ¡De ninguna manera! Que ellos mismos vengan a sacarnos.  38-  Y los oficiales informaron esto a los magistrados superiores, y al saber que eran romanos, tuvieron temor.  39-  Entonces vinieron, y les suplicaron, y después de sacarlos, les rogaban que salieran de la ciudad.  40-  Cuando salieron de la cárcel, fueron a casa de Lidia, y al ver a los hermanos, los consolaron y partieron.  

¿Te has fijado que Dios tiene otro cambio de planes para Pablo? Esta vez no se realiza mediante el acuerdo y el desacuerdo entre obreros del Señor, sino mediante barreras que pone el Espíritu Santo y una invitación personal en una visión nocturna.

Esto me confirma que nos podemos equivocar, pero teniendo la disposición de seguir la voluntad de Dios, acabaremos conociéndola.

Y también un tercer cambio de planes. No era la intención de Pablo ir a la cárcel.
Pero así otro hombre y su familia pudieron conocer el evangelio.

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