27-enero
Marcos 13:14-37
14 Mas cuando veáis la ABOMINACION DE LA DESOLACION puesta donde
no debe estar (el que lea, que entienda), entonces
los que estén en Judea huyan a los montes;
15 y el que esté en la azotea, no baje ni entre a sacar nada de su casa;
16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.
17 Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!
18 Orad para que esto no suceda en el invierno.
19 Porque aquellos días serán de tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio de la creación que hizo Dios hasta ahora, ni acontecerá jamás.
20 Y si el Señor no hubiera acortado aquellos días, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos que El eligió, acortó los días.
21 Entonces, si alguno os dice: "Mirad, aquí está el Cristo", o: "Mirad, allí está", no le creáis.
22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos.
23 Mas vosotros, estad alerta; ved que os lo he dicho todo de antemano.
24 Pero en aquellos días, después de esa tribulación, EL SOL SE OSCURECERA Y LA LUNA NO DARA SU LUZ,
25 LAS ESTRELLAS IRAN CAYENDO del cielo y las potencias que están en los cielos serán sacudidas.
26 Entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN LAS NUBES con gran poder y gloria.
27 Y entonces enviará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas.
30 En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
31 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
32 Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
33 Estad alerta, velad; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado.
34 Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta.
35 Por tanto, velad, porque no sabéis cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;
36 no sea que venga de repente y os halle dormidos.
37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!
15 y el que esté en la azotea, no baje ni entre a sacar nada de su casa;
16 y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.
17 Pero, ¡ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días!
18 Orad para que esto no suceda en el invierno.
19 Porque aquellos días serán de tribulación, tal como no ha acontecido desde el principio de la creación que hizo Dios hasta ahora, ni acontecerá jamás.
20 Y si el Señor no hubiera acortado aquellos días, nadie se salvaría; pero por causa de los escogidos que El eligió, acortó los días.
21 Entonces, si alguno os dice: "Mirad, aquí está el Cristo", o: "Mirad, allí está", no le creáis.
22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y mostrarán señales y prodigios a fin de extraviar, de ser posible, a los escogidos.
23 Mas vosotros, estad alerta; ved que os lo he dicho todo de antemano.
24 Pero en aquellos días, después de esa tribulación, EL SOL SE OSCURECERA Y LA LUNA NO DARA SU LUZ,
25 LAS ESTRELLAS IRAN CAYENDO del cielo y las potencias que están en los cielos serán sacudidas.
26 Entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN LAS NUBES con gran poder y gloria.
27 Y entonces enviará a los ángeles, y reunirá a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.
28 De la higuera aprended la parábola: cuando su rama ya se pone tierna y echa las hojas, sabéis que el verano está cerca.
29 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que El está cerca, a las puertas.
30 En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
31 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
32 Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.
33 Estad alerta, velad; porque no sabéis cuándo es el tiempo señalado.
34 Es como un hombre que se fue de viaje, y al salir de su casa dejó a sus siervos encargados, asignándole a cada uno su tarea, y ordenó al portero que estuviera alerta.
35 Por tanto, velad, porque no sabéis cuándo viene el señor de la casa, si al atardecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer;
36 no sea que venga de repente y os halle dormidos.
37 Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: ¡Velad!
Lucas 21:20-36
21 Entonces los que estén en Judea, huyan a los montes, y los que estén en medio de la ciudad, aléjense; y los que estén en los campos, no entren en ella;
22 porque estos son días de venganza, para que se cumplan todas las cosas que están escritas.
23 ¡Ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad sobre la tierra, e ira para este pueblo;
24 y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan.
25 Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra, angustia entre las naciones, perplejas a causa del rugido del mar y de las olas,
26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las potencias de los cielos serán sacudidas.
27 Y entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN UNA NUBE con poder y gran gloria.
28 Cuando estas cosas empiecen a suceder, erguíos y levantad la cabeza, porque se acerca vuestra redención.
29 Y les refirió una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
30 Cuando ya brotan las hojas, al verlo, sabéis por vosotros mismos que el verano ya está cerca.
31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que el reino de Dios está cerca.
32 En verdad os digo que no pasará esta generación hasta que todo esto suceda.
33 El cielo y la tierra pasarán, mas mis palabras no pasarán.
34 Estad alerta, no sea que vuestro corazón se cargue con disipación y embriaguez y con las preocupaciones de la vida, y aquel día venga súbitamente sobre vosotros como un lazo;
35 porque vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra.
36 Mas velad en todo tiempo, orando para que tengáis fuerza para escapar de todas estas cosas que están por suceder, y podáis estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Empecemos con una de las profecías más difíciles, la abominación de desolación que se encuentra en la profecía de Daniel en el Antiguo Testamento. Muchos ven el cumplimiento de estas palabras en un evento protagonizado por el ejército de Antíoco Epífanes cuando entraron en el templo de Jerusalén para sacrificar un cerdo en el altar muchos años antes del nacimiento de Jesús.
Pero Jesús está hablando aquí del futuro. Y muchas profecías tienen un cumplimiento doble. Marcos (13:14) utiliza las palabras de Daniel mientras Lucas (21:30) se refiere a ejércitos. De modo que muchos comentaristas entienden que esto se cumplió cuando Jerusalén fue destruida por los romanos. Comparto un párrafo traducido de un artículo de la Gospel Coalition:
"Esta profecía tiene sentido solo con referencia a la caída de Jerusalén. No puede aplicarse al regreso de Jesús. Cuando venga, no tendrá sentido que un incrédulo intente huir. Y un creyente no querrá huir. Por la misma razón, la siguiente instrucción de no volver a buscar una capa y la pena para las madres lactantes que deben huir no puede referirse al regreso de Jesús. Pero tienen perfecto sentido si Jesús predice que vendrá otra abominación desoladora, como Antíoco Epifanes de Daniel. De hecho, esa abominación llegó en forma romana en el año 70 DC. Los ejércitos romanos siempre fueron una abominación porque llevaban con ellos imágenes idólatras del emperador, a quien adoraban. Y esos ejércitos trajeron desolación porque su comandante niveló la ciudad y entró en el lugar santísimo, contaminándola."
Sin embargo, una de las preguntas de los discípulos (Mateo 24:3) tenía que ver con la segunda venida de Jesús y la consumación del siglo. Y Jesús mismo se refiere a su propio regreso, "Y entonces verán AL HIJO DEL HOMBRE QUE VIENE EN UNA NUBE con poder y gran gloria." Como puedes ver en el artículo que cito arriba, los comentaristas difieren en cuál es el punto donde Jesús deja de hablar de la destrucción de Jerusalén y se centra en su venida. Pero ese evento del final de los tiempos es el mensaje principal para nosotros. Quedemos con las palabras estad alerta, no nos embriaguemos con las cosas que solamente tienen que ver con este tiempo. Preparémonos para la eternidad.
Y por si no he sido suficientemente claro, decir que las profecías del Antiguo Testamento y también del Nuevo, a veces encierran varios cumplimientos que con el tiempo se va discerniendo. Son profecías comprimidas. Pero en cada instancia llevan un mensaje principal.
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