30-Diciembre
Lucas 14:25-35
25
Grandes multitudes le acompañaban; y El, volviéndose, les dijo:
26
Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e
hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi
discípulo.
27
El que no carga su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo. (ver también Lucas 9:23)
28
Porque, ¿quién de vosotros, deseando edificar una torre, no se sienta
primero y calcula el costo, para ver si tiene lo suficiente para terminarla?
29
No sea que cuando haya echado los cimientos y no pueda terminar, todos
los que lo vean comiencen a burlarse de él,
30
diciendo: "Este hombre comenzó a edificar y no pudo terminar."
31
¿O qué rey, cuando sale al encuentro de otro rey para la batalla, no se
sienta primero y delibera si con diez mil hombres es bastante fuerte como para
enfrentarse al que viene contra él con veinte mil?
32
Y si no, cuando el otro todavía está lejos, le envía una delegación y
pide condiciones de paz.
33
Así pues, cualquiera de vosotros que no renuncie a todas sus posesiones,
no puede ser mi discípulo.
34
Por tanto, buena es la sal, pero si también la sal ha perdido su sabor,
¿con qué será sazonada?
35 No es útil ni para la tierra
ni para el muladar; la arrojan fuera. El que tenga oídos para oír, que oiga. Ya hemos leído donde Jesús dice, " ¿Pensáis que vine a dar paz en la tierra? No, os digo, sino más bien división" (Lucas 12). No se me ocurre ningún texto que diga que la vida cristiana sea fácil. Lo que es fácil es el yugo porque vamos unidos a Cristo. Pero las circunstancias de la vida cristiana no van a atraer a los que buscan evitar responsabilidades y conflictos.
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