sábado, 29 de diciembre de 2018

¿Por qué se rechaza la invitación?

29-Dic

Lucas 14:1-6
1  Y aconteció que cuando Jesús entró en casa de uno de los principales de los fariseos un día de reposo para comer pan, ellos le estaban observando cuidadosamente.
2  Y allí, frente a El, estaba un hombre hidrópico.
3  Y dirigiéndose Jesús, a los intérpretes de la ley y a los fariseos, les habló diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo, o no?
4  Pero ellos guardaron silencio. Y El, tomándolo de la mano, lo sanó y lo despidió.
5  Y a ellos les dijo: ¿A quién de vosotros se le cae un hijo o un buey en un hoyo en día de reposo, y no lo saca inmediatamente?
6  Y no pudieron responderle a esto.

Lucas 14:7-24
7  Y comenzó a referir una parábola a los invitados, cuando advirtió cómo escogían los lugares de honor a la mesa , diciéndoles:
8  Cuando seas invitado por alguno a un banquete de bodas, no tomes el lugar de honor, no sea que él haya invitado a otro más distinguido que tú,
9  y viniendo el que te invitó a ti y a él, te diga: "Dale el lugar a éste"; y entonces, avergonzado, tengas que irte al último lugar.
10  Sino que cuando seas invitado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando llegue el que te invitó, te diga: "Amigo, ven más adelante"; entonces serás honrado delante de todos los que se sientan a la mesa contigo.
11  Porque todo el que se ensalce, será humillado; y el que se humille será ensalzado.
12  Y dijo también al que le había convidado: Cuando ofrezcas una comida o una cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus parientes, ni a tus vecinos ricos, no sea que ellos a su vez también te conviden y tengas ya tu recompensa.
13  Antes bien, cuando ofrezcas un banquete, llama a pobres, mancos, cojos, ciegos,
14  y serás bienaventurado, ya que ellos no tienen para recompensarte; pues tú serás recompensado en la resurrección de los justos.
15  Cuando uno de los que estaban sentados con El a la mesa oyó esto, le dijo: ¡Bienaventurado todo el que coma pan en el reino de Dios!
16  Pero El le dijo: Cierto hombre dio una gran cena, e invitó a muchos;
17  y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los que habían sido invitados: "Venid, porque ya todo está preparado."
18  Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero le dijo: "He comprado un terreno y necesito ir a verlo; te ruego que me excuses."
19  Y otro dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos; te ruego que me excuses."
20  También otro dijo: "Me he casado, y por eso no puedo ir."
21  Cuando el siervo regresó, informó de todo esto a su señor. Entonces, enojado el dueño de la casa, dijo a su siervo: "Sal enseguida por las calles y callejones de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los ciegos y los cojos."
22  Y el siervo dijo: "Señor, se ha hecho lo que ordenaste, y todavía hay lugar."
23  Entonces el señor dijo al siervo: "Sal a los caminos y por los cercados, y oblígalos a entrar para que se llene mi casa.
24  "Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que fueron invitados probará mi cena." 

Sabemos por qué los fariseos rechazaron la invitación, eran avaros (Lucas 16:14 y 7:30)

El jefe de los nativos de Cuba rechazó el bautismo porque se enteró de que había cristianos en el cielo y no quería estar con ellos. Como dijo uno de nuestros profesores, "Algunos no han aceptado el Evangelio porque no han conocido a un cristiano; otros no han aceptado porque conocen a algún cristiano"

Pero en general, y según esta historia que cuenta Jesús, rechazan la invitación porque tienen cosas más importantes. 

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