02-dic
Mat 15:29-38
29 Y pasando Jesús
de allí, vino junto al mar de Galilea, y subiendo al monte, se sentó allí.
30 Y vinieron a El
grandes multitudes trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y muchos
otros enfermos y los pusieron a sus pies y El los sanó;
31 de modo que la
muchedumbre se maravilló al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban
restaurados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de
Israel.
32 Entonces Jesús,
llamando junto a sí a sus discípulos, les dijo: Tengo compasión de la multitud,
porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué comer; y no quiero
despedirlos sin comer, no sea que desfallezcan en el camino.
33 Y los
discípulos le dijeron*: ¿Dónde conseguiríamos nosotros en el desierto tantos
panes para saciar a una multitud tan grande?
34 Jesús entonces
les dijo*: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete, y unos pocos
pececillos.
35 Y El mandó a la
multitud que se recostara en el suelo;
36 y tomó los
siete panes y los peces; y después de dar gracias, los partió y empezó a darlos
a los discípulos, y los discípulos a las multitudes.
37 Y comieron
todos y se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete
canastas llenas.
38 Los que
comieron fueron cuatro mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Mar 7:31-37, 8:1-9
31 Volviendo a
salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea,
atravesando la región de Decápolis.
32 Y le trajeron*
a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron* que pusiera la
mano sobre él.
33 Entonces Jesús,
tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y
escupiendo, le tocó la lengua con la saliva;
34 y levantando
los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo*: ¡Effatá!, esto es:
¡Abrete!
35 Y al instante
se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con
claridad.
36 Y Jesús les
ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más
ellos lo proclamaban.
37 Y se asombraron
en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a
los mudos hablar.
8:1 En aquellos
días, cuando de nuevo había una gran multitud que no tenía qué comer, Jesús
llamó a sus discípulos y les dijo*:
2 Tengo compasión
de la multitud porque hace ya tres días que están conmigo y no tienen qué
comer;
3 y si los despido
sin comer a sus casas, desfallecerán en el camino, pues algunos de ellos han
venido de lejos.
4 Sus discípulos
le respondieron: ¿Dónde podrá alguien encontrar lo suficiente para saciar de
pan a éstos aquí en el desierto?
5 Y El les
preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Y ellos respondieron: Siete.
6 Entonces mandó a la multitud que se recostara en el suelo; y tomando los siete panes, después
de dar gracias, los partió y los iba dando a sus discípulos para que los
pusieran delante de la gente; y ellos los sirvieron a la multitud.
7 También tenían
unos pocos pececillos; y después de bendecirlos, mandó que éstos también los
sirvieran.
8 Todos comieron y
se saciaron; y recogieron de lo que sobró de los pedazos, siete canastas.
9 Los que comieron eran unos
cuatro mil; y los despidió.El mapa de arriba tiene la letra en portugués pero lo entendemos. Cuando Jesús multiplicó los panes para 5.000 personas, estaba al norte de Mar de Galilea. Cuando lo de los 4.000 se encontraba en otro viaje al sur. No se trata de un mismo evento contado en diferentes maneras por distintos cronistas. Por lo tanto cuando en Mateo 15:33 los discípulos piensan que se trata de una tarea imposible, están demostrando que Jesús tenía razón cuando en una ocasión les llama duros de corazón. Además, Jesús utilizó estos dos milagros similares (Marcos 8:19-20) para una importante enseñanza.
¿Alguna vez ha sido necesario decirte 2 veces la misma cosa para que aprendieras? ¿O mil veces?
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