06-dic
Mat 16:13-20
13
Cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus
discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?
14
Y ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías; pero otros,
Jeremías o uno de los profetas.
15
El les dijo*: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
16
Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios
viviente.
17
Y Jesús, respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de
Jonás, porque esto no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en
los cielos.
18
Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi
iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
19
Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la
tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado
en los cielos.
20
Entonces ordenó a los discípulos que a nadie dijeran que El era el
Cristo.
Mar 8:27-30
27
Salió Jesús con sus discípulos a las aldeas de Cesarea de Filipo; y en
el camino preguntó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Quién dicen los hombres que
soy yo?
28
Y le respondieron, diciendo: Unos, Juan el Bautista; y otros, Elías;
pero otros, uno de los profetas.
29
El les preguntó de nuevo: Pero
vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Pedro, le dijo*: Tú eres el
Cristo.
30
Y El les advirtió severamente que no hablaran de El a nadie.
Luc 9:18-21
18
Y mientras Jesús oraba a solas, estaban con El los discípulos, y les
preguntó, diciendo: ¿Quién dicen las multitudes que soy yo?
19
Entonces ellos respondieron, y dijeron: Unos, Juan el Bautista, otros,
Elías, y otros, que algún profeta de los antiguos ha resucitado.
20
Y El les dijo: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? Y Pedro respondiendo,
dijo: El Cristo de Dios.
21
Pero El, advirtiéndoles severamente, les mandó que no dijeran esto a
nadie,
Al ciego que vimos ayer el Señor le dijo que no paseara por el pueblo y que no dijera a nadie lo que le había pasado. Cada cosa tiene su momento. Jesús dice a los discípulos en la última noche que tiene muchas cosas que decirles pero ahora no lo podrían soportar. Me parece que Jesús dijo a dos personas que él era el Mesías. Una de ellas era la mujer samaritana. Sus propios discípulos debían aprender eso por el Espíritu de Dios, no por un libro de texto.
Cuando estamos hablando de nuestra fe con personas nuevas, conviene a veces hacer más preguntas y menos respuestas. Conviene también estar pendiente de la dirección del Espíritu de Dios para saber si esa persona está en condiciones para que descarguemos todo nuestro conocimiento del Evangelio.
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