21-nov
Mat 8:28-34
28 Cuando llegó al otro lado, a la
tierra de los gadarenos, le salieron al encuentro dos endemoniados que salían
de los sepulcros, violentos en extremo, de manera que nadie podía pasar por
aquel camino.
29 Y gritaron, diciendo: ¿Qué
tenemos que ver contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos
antes del tiempo?
30 A cierta distancia de ellos había
una piara de muchos cerdos paciendo;
31 y los demonios le rogaban,
diciendo: Si vas a echarnos fuera, mándanos a la piara de cerdos.
32 Entonces El les dijo: ¡Id! Y
ellos salieron y entraron en los cerdos; y he aquí que la piara entera se
precipitó por un despeñadero al mar, y perecieron en las aguas.
33 Los que cuidaban la piara
huyeron; y fueron a la ciudad y lo contaron todo, incluso lo de los
endemoniados.
34 Y toda la ciudad salió al
encuentro de Jesús; y cuando le vieron, le rogaron que se fuera de su comarca.
Mar 5:1-20
1 Y llegaron al otro lado del mar, a
la tierra de los gadarenos.
2 Y cuando El salió de la barca,
enseguida vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con un
espíritu inmundo,
3 que tenía su morada entre los
sepulcros; y nadie podía ya atarlo ni aun con cadenas;
4 porque muchas veces había sido
atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los
grillos, y nadie era tan fuerte como para dominarlo.
5 Y siempre, noche y día, andaba
entre los sepulcros y en los montes dando gritos e hiriéndose con piedras.
6 Cuando vio a Jesús de lejos,
corrió y se postró delante de El;
7 y gritando a gran voz, dijo*: ¿Qué
tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? Te imploro por Dios
que no me atormentes.
8 Porque Jesús le decía: Sal del
hombre, espíritu inmundo.
9 Y le preguntó: ¿Cómo te llamas? Y
él le dijo*: Me llamo Legión, porque somos muchos.
10 Entonces le rogaba con
insistencia que no los enviara fuera de la tierra.
11 Y había allí una gran piara de
cerdos paciendo junto al monte.
12 Y los demonios le rogaron,
diciendo: Envíanos a los cerdos para que entremos en ellos.
13 Y El les dio permiso. Y saliendo
los espíritus inmundos, entraron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se
precipitó por un despeñadero al mar, y en el mar se ahogaron.
14 Y los que cuidaban los cerdos
huyeron y lo contaron en la ciudad y por los campos. Y la gente vino a ver qué
era lo que había sucedido.
15 Y vinieron* a Jesús, y vieron* al
que había estado endemoniado, sentado, vestido y en su cabal juicio, el mismo
que había tenido la legión; y tuvieron miedo.
16 Y los que lo habían visto les
describieron cómo le había sucedido esto al endemoniado, y lo de los cerdos.
17 Y comenzaron a rogarle que se
fuera de su comarca.
18 Al entrar El en la barca, el que
había estado endemoniado le rogaba que lo dejara acompañarle.
19 Pero Jesús no se lo permitió,
sino que le dijo*: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas
el Señor ha hecho por ti, y cómo tuvo misericordia de ti.
20 Y él se fue, y empezó a proclamar
en Decápolis cuán grandes cosas Jesús había hecho por él; y todos se quedaban
maravillados.
Luc 8:26-40
26 Navegaron hacia la tierra de los
gadarenos que está al lado opuesto de Galilea;
27 y cuando El bajó a tierra, le
salió al encuentro un hombre de la ciudad poseído por demonios, y que por mucho
tiempo no se había puesto ropa alguna, ni vivía en una casa, sino en los
sepulcros.
28 Al ver a Jesús, gritó y cayó
delante de El, y dijo en alta voz: ¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo
del Dios Altísimo? Te ruego que no me atormentes.
29 Porque El mandaba al espíritu
inmundo que saliera del hombre, pues muchas veces se había apoderado de él, y
estaba atado con cadenas y grillos y bajo guardia; a pesar de todo rompía las
ataduras y era impelido por el demonio a los desiertos.
30 Entonces Jesús le preguntó: ¿Cómo
te llamas? Y él dijo: Legión; porque muchos demonios habían entrado en él.
31 Y le rogaban que no les ordenara
irse al abismo.
32 Y había una piara de muchos
cerdos paciendo allí en el monte; y los demonios le rogaron que les permitiera
entrar en los cerdos. Y El les dio permiso.
33 Los demonios salieron del hombre
y entraron en los cerdos; y la piara se precipitó por el despeñadero al lago, y
se ahogaron.
34 Y cuando los que los cuidaban
vieron lo que había sucedido, huyeron y lo contaron en la ciudad y por los
campos.
35 Salió entonces la gente a ver qué
había sucedido; y vinieron a Jesús, y encontraron al hombre de quien habían
salido los demonios, sentado a los pies de Jesús, vestido y en su cabal juicio,
y se llenaron de temor.
36 Y los que lo habían visto, les
contaron cómo el que estaba endemoniado había sido sanado.
37 Entonces toda la gente de la
región alrededor de los gadarenos le pidió a Jesús que se alejara de ellos,
porque estaban poseídos de un gran temor. Y El entrando a una barca, regresó.
38 Pero el hombre de quien habían
salido los demonios le rogaba que le permitiera acompañarle; mas El lo
despidió, diciendo:
39 Vuelve a tu casa, y cuenta cuán
grandes cosas Dios ha hecho por ti. Y él se fue, proclamando por toda la ciudad
cuán grandes cosas Jesús había hecho por él.
40 Cuando
Jesús volvió, la multitud le recibió con gozo , porque todos le habían estado
esperando.Cuando este hombre, liberado de sus demonios, obedecía instrucciones y hablaba de Jesús, no podía colocarse ninguna medalla. Todo se lo debía a Jesús. He oído a algunas personas contar su testimonio con tono de "mira qué buena persona soy", aunque intentan dar la gloria a Jesús. Lo que podemos aprender de este hombre es que su vida era un testimonio visible, tanto que despertaba el asombro de los vecinos. Y la totalidad de su historia era lo que había hecho Jesús y no lo que había hecho él.
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