martes, 20 de noviembre de 2018

Jesús no pide tu voto, sino tu vida


20-nov

Mat 8:18-27
18  Viendo Jesús una multitud a su alrededor, dio orden de pasar al otro lado.
19  Y un escriba se le acercó y le dijo: Maestro, te seguiré adondequiera que vayas.
20  Y Jesús le dijo*: Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
21  Otro de los discípulos le dijo: Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre.
22  Pero Jesús le dijo*: Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos.
23  Cuando entró Jesús en la barca, sus discípulos le siguieron.
24  Y de pronto se desató una gran tormenta en el mar, de modo que las olas cubrían la barca; pero Jesús estaba dormido.
25  Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos , que perecemos!
26  Y El les dijo*: ¿Por qué estáis amedrentados, hombres de poca fe? Entonces se levantó, reprendió a los vientos y al mar, y sobrevino una gran calma.
27  Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Quién es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?

Mar 4:35-41
35  Ese día, caída ya la tarde, les dijo*: Pasemos al otro lado.
36  Despidiendo a la multitud, le llevaron* con ellos en la barca, como estaba; y había otras barcas con El.
37  Pero se levantó* una violenta tempestad, y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya se anegaba la barca.
38  El estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; entonces le despertaron* y le dijeron*: Maestro, ¿no te importa que perezcamos?
39  Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: ¡Cálmate, sosiégate! Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma.
40  Entonces les dijo: ¿Por qué estáis amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?
41  Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: ¿Quién, pues, es éste que aun el viento y el mar le obedecen?

Luc 8:22-25
22  Y uno de aquellos días, entró en una barca con sus discípulos, y les dijo: Pasemos al otro lado del lago. Y se hicieron a la mar.
23  Pero mientras ellos navegaban, El se durmió; y una violenta tempestad descendió sobre el lago, y comenzaron a anegarse y corrían peligro.
24  Y llegándose a El, le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Y El, levantándose, reprendió al viento y a las olas embravecidas, y cesaron y sobrevino la calma.
25  Y El les dijo: ¿Dónde está vuestra fe? Pero ellos estaban atemorizados y asombrados, diciéndose unos a otros: ¿Quién, pues, es éste que aun a los vientos y al agua manda y le obedecen?


¿Te has fijado que 4 versículos después de decir que no tiene donde recostar la cabeza le vemos a Jesús dormido en una barca en medio de la tempestad?

En Mateo 18:20 le vemos a Jesús, no reclutando, sino casi rechazando. Y concretamente está hablando con un escriba, un hombre que le puede ser útil por su gran conocimiento del texto de las Escrituras. Pero Jesús quiere que entendamos que por encima de todo lo que busca es entrega, no conocimiento, no apoyo verbal, y no la formación de partidos. 

La aventura con la tempestad refuerza esta enseñanza. Si Jesús representa un partido que busca mayoría le das tu voto y quedas cómodamente en casa. Pero él sólo requiere tu vida. Comenzaron esa aventura con la invitación, "pasemos al otro lado". El peor enemigo de los discípulos es el miedo. La fe en Jesús es lo que vence el miedo.

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