jueves, 22 de noviembre de 2018

¿Qué pasó con las burlas?

22-nov

Mat 9:1, 9:18-26 
1  Y subiendo Jesús en una barca, pasó al otro lado y llegó a su ciudad.
18  Mientras les decía estas cosas, he aquí, vino un oficial de la sinagoga y se postró delante de El, diciendo: Mi hija acaba de morir; pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá.
19  Y levantándose Jesús, lo siguió, y también sus discípulos.
20  Y he aquí, una mujer que había estado sufriendo de flujo de sangre por doce años, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto;
21  pues decía para sí: Si tan sólo toco su manto, sanaré.
22  Pero Jesús, volviéndose y viéndola, dijo: Hija, ten ánimo, tu fe te ha sanado. Y al instante la mujer quedó sana.
23  Cuando entró Jesús en la casa del oficial, y vio a los flautistas y al gentío en ruidoso desorden,
24  les dijo: Retiraos, porque la niña no ha muerto, sino que está dormida. Y se burlaban de El.
25  Pero cuando habían echado fuera a la gente, El entró y la tomó de la mano; y la niña se levantó.
26  Y esta noticia se difundió por toda aquella tierra.

Mar 5:21-43 21  Cuando Jesús pasó otra vez en la barca al otro lado, se reunió una gran multitud alrededor de El; así que El se quedó junto al mar.
22  Y vino uno de los oficiales de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle se postró* a sus pies.
23  Y le rogaba* con insistencia, diciendo: Mi hijita está al borde de la muerte; te ruego que vengas y pongas las manos sobre ella para que sane y viva.
24  Jesús fue con él; y una gran multitud le seguía y le oprimía.
25  Y una mujer que había tenido flujo de sangre por doce años,
26  y había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado todo lo que tenía sin provecho alguno, sino que al contrario, había empeorado;
27  cuando oyó hablar de Jesús, se llegó a El por detrás entre la multitud y tocó su manto.
28  Porque decía: Si tan sólo toco sus ropas, sanaré.
29  Al instante la fuente de su sangre se secó, y sintió en su cuerpo que estaba curada de su aflicción.
30  Y enseguida Jesús, dándose cuenta de que había salido poder de El, volviéndose entre la gente, dijo: ¿Quién ha tocado mi ropa?  31  Y sus discípulos le dijeron: Ves que la multitud te oprime, y dices: "¿Quién me ha tocado?"
32  Pero El miraba a su alrededor para ver a la mujer que le había tocado.
33  Entonces la mujer, temerosa y temblando, dándose cuenta de lo que le había sucedido, vino y se postró delante de El y le dijo toda la verdad.
34  Y Jesús le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz y queda sana de tu aflicción.
35  Mientras estaba todavía hablando, vinieron* de casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto, ¿para qué molestas aún al Maestro?
36  Pero Jesús, oyendo lo que se hablaba, dijo* al oficial de la sinagoga: No temas, cree solamente.
37  Y no permitió que nadie fuera con El sino sólo Pedro, Jacobo y Juan, el hermano de Jacobo.
38  Fueron* a la casa del oficial de la sinagoga, y Jesús vio* el alboroto, y a los que lloraban y se lamentaban mucho.
39  Y entrando les dijo*: ¿Por qué hacéis alboroto y lloráis? La niña no ha muerto, sino que está dormida.
40  Y se burlaban de El. Pero El, echando fuera a todos, tomó* consigo al padre y a la madre de la niña, y a los que estaban con El, y entró* donde estaba la niña.
41  Y tomando a la niña por la mano, le dijo*: Talita cum (que traducido significa: Niña, a ti te digo, ¡levántate!).
42  Al instante la niña se levantó y comenzó a caminar, pues tenía doce años. Y al momento se quedaron completamente atónitos.
43  Entonces les dio órdenes estrictas de que nadie se enterara de esto; y dijo que le dieran de comer a la niña.

Luc 8:40-56 40  Cuando Jesús volvió, la multitud le recibió con gozo , porque todos le habían estado esperando.
41  Y he aquí, llegó un hombre llamado Jairo, que era un oficial de la sinagoga; y cayendo a los pies de Jesús le rogaba que entrara a su casa;
42  porque tenía una hija única, como de doce años, que estaba al borde de la muerte. Pero mientras El iba, la muchedumbre le apretaba.
43  Y una mujer que había tenido un flujo de sangre por doce años y que había gastado en médicos todo cuanto tenía y no podía ser curada por nadie,
44  se acercó a Jesús por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante cesó el flujo de su sangre.
45  Y Jesús dijo: ¿Quién es el que me ha tocado? Mientras todos lo negaban, Pedro dijo, y los que con él estaban: Maestro, las multitudes te aprietan y te oprimen.
46  Pero Jesús dijo: Alguien me tocó, porque me di cuenta que de mí había salido poder.
47  Al ver la mujer que ella no había pasado inadvertida, se acercó temblando, y cayendo delante de El, declaró en presencia de todo el pueblo la razón por la cual le había tocado, y cómo al instante había sido sanada.
48  Y El le dijo: Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz.
49  Mientras estaba todavía hablando, vino* alguien de la casa del oficial de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; no molestes más al Maestro.
50  Pero cuando Jesús lo oyó, le respondió: No temas; cree solamente, y ella será sanada.
51  Y cuando El llegó a la casa, no permitió que nadie entrara con El sino sólo Pedro, Juan y Jacobo, y el padre y la madre de la muchacha.  52  Todos la lloraban y se lamentaban; pero El dijo: No lloréis, porque no ha muerto, sino que duerme.  53  Y se burlaban de El, sabiendo que ella había muerto.
54  Pero El, tomándola de la mano, clamó, diciendo: ¡Niña, levántate!
55  Entonces le volvió su espíritu, y se levantó al instante, y El mandó que le dieran de comer.
56  Y sus padres estaban asombrados; pero El les encargó que no dijeran a nadie lo que había sucedido.

Mateo, Marcos y Lucas cuentan esta historia, con algunas pequeñas diferencias de detalles. El relato de Mateo, por ejemplo, es más comprimido. Pero los 3 toman nota de un detalle interesante: había gente presente que en medio de este momento fúnebre se burlaban de Jesús. Y Lucas nos da un detalle más: sabían que la niña había muerto. Tenían toda la razón. Jesús venía a ver un cadáver. La situación era imposible. ¿No te da mucha esperanza saber que ni la muerte ni la burla afectaban la actuación de Jesús? ¡Cuántas veces hemos propuesto que Dios quiere hacer cosas grandes, para luego escuchar, "será mejor que te calles porque recuerda lo que pasó...! En esta historia son los burladores los que al final se tienen que callar. Presta atención a Jesús y no a los burladores. No temas; cree solamente, y ella será sanada.

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