27-Nov
Mateo 14:22-33
22 Enseguida hizo que los discípulos subieran a
la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la
multitud.
23 Después de despedir a la multitud, subió al
monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.
24 Pero la barca estaba ya a muchos estadios de
tierra, y era azotada por las olas, porque el viento era contrario.
25 Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino
a ellos andando sobre el mar.
26 Y los discípulos, viéndole andar sobre el
mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.
27 Pero enseguida Jesús les habló, diciendo:
Tened ánimo, soy yo; no temáis.
28 Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres
tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas.
29 Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la
barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.
30 Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo,
y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame!
31 Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo
sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
32 Cuando ellos subieron a la barca, el viento
se calmó.
33 Entonces los que estaban en la barca le
adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.
Mar 6:45-46
45 Enseguida hizo que sus discípulos subieran a
la barca y fueran delante de El al otro lado, a Betsaida, mientras El despedía
a la multitud.
46 Y después de despedirse de ellos, se fue al
monte a orar.
Juan 6:15-21
15 Por lo que Jesús, dándose cuenta de que iban
a venir y llevárselo por la fuerza para hacerle rey, se retiró otra vez al
monte El solo.
16 Al atardecer, sus discípulos descendieron al
mar,
17 y subiendo en una barca, se dirigían al otro
lado del mar, hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había
venido a ellos;
18 y el mar estaba agitado porque soplaba un
fuerte viento.
19 Cuando habían remado unos veinticinco o
treinta estadios, vieron* a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la
barca; y se asustaron.
20 Pero El les dijo*: Soy yo; no temáis.
21 Entonces ellos querían recibirle en la barca,
e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.
Ha sido un día muy largo. Así que se supone que Jesús tomará un merecido descanso. Pero se va al monte sólo. Si no leemos Mateo y Marcos no sabemos que va a orar. Pero si no leemos a Juan, no nos percatamos de otro detalle. Jesús no sólo calma la tempestad, sino que parece que se realiza un tele-transporte, llegando a tierra inmediatamente. Y solamente Mateo nos cuenta la aventura de Pedro.
Sabemos que Jesús tenía la costumbre de madrugar para orar. Pero también trasnochaba, como en el caso de la preparación para elegir a los 12 apóstoles. En este caso es la preparación para un encuentro decisiva, que nos cuenta Juan, que leeremos mañana.
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