martes, 27 de noviembre de 2018

Después de los panes y los peces - A


27-Nov

Mateo 14:22-33
22  Enseguida hizo que los discípulos subieran a la barca y fueran delante de El a la otra orilla, mientras El despedía a la multitud.
23  Después de despedir a la multitud, subió al monte a solas para orar; y al anochecer, estaba allí solo.
24  Pero la barca estaba ya a muchos estadios de tierra, y era azotada por las olas, porque el viento era contrario.
25  Y a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.
26  Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, y decían: ¡Es un fantasma! Y de miedo, se pusieron a gritar.
27  Pero enseguida Jesús les habló, diciendo: Tened ánimo, soy yo; no temáis.
28  Respondiéndole Pedro, dijo: Señor, si eres tú, mándame que vaya a ti sobre las aguas.
29  Y El dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, caminó sobre las aguas, y fue hacia Jesús.
30  Pero viendo la fuerza del viento tuvo miedo, y empezando a hundirse gritó, diciendo: ¡Señor, sálvame!
31  Y al instante Jesús, extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo*: Hombre de poca fe, ¿por qué dudaste?
32  Cuando ellos subieron a la barca, el viento se calmó.
33  Entonces los que estaban en la barca le adoraron, diciendo: En verdad eres Hijo de Dios.

Mar 6:45-46
45  Enseguida hizo que sus discípulos subieran a la barca y fueran delante de El al otro lado, a Betsaida, mientras El despedía a la multitud.
46  Y después de despedirse de ellos, se fue al monte a orar.

Juan 6:15-21
15  Por lo que Jesús, dándose cuenta de que iban a venir y llevárselo por la fuerza para hacerle rey, se retiró otra vez al monte El solo.
16  Al atardecer, sus discípulos descendieron al mar,
17  y subiendo en una barca, se dirigían al otro lado del mar, hacia Capernaúm. Ya había oscurecido, y Jesús todavía no había venido a ellos;
18  y el mar estaba agitado porque soplaba un fuerte viento.
19  Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, vieron* a Jesús caminando sobre el mar y acercándose a la barca; y se asustaron.
20  Pero El les dijo*: Soy yo; no temáis.
21  Entonces ellos querían recibirle en la barca, e inmediatamente la barca llegó a la tierra adonde iban.


Ha sido un día muy largo. Así que se supone que Jesús tomará un merecido descanso. Pero se va al monte sólo. Si no leemos Mateo y Marcos no sabemos que va a orar. Pero si no leemos a Juan, no nos percatamos de otro detalle. Jesús no sólo calma la tempestad, sino que parece que se realiza un tele-transporte, llegando a tierra inmediatamente. Y solamente Mateo nos cuenta la aventura de Pedro. 

Sabemos que Jesús tenía la costumbre de madrugar para orar. Pero también trasnochaba, como en el caso de la preparación para elegir a los 12 apóstoles. En este caso es la preparación para un encuentro decisiva, que nos cuenta Juan, que leeremos mañana. 

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