Aperitivo 1
Juan 4:7-12
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Juan 4
¿Qué importancia tiene el que Cristo haya venido en carne?
(v 1) Si no vino en carne humana, no es un ser humano. Juan enfatiza que le ha
tocado y visto (c 1). Es decir, que uno de los principales testigos
presenciales de la vida de Jesús de Nazaret nos afirma que fue un hombre de
carne y hueso. Si él no es un ser humano, entonces no puede llevar los pecados
de la humanidad. Por eso los espíritus enemigos siembran el mensaje de que
Cristo no vino en carne. Otra forma de quitarle eficacia al sacrificio de Jesús
es como lo hace el Corán, negando su muerte, indicando que en el último momento
se proveyó un sustituto. Pero el amor de Dios llegó hasta el final por
nosotros.
En los vss 7-21 he subrayado por lo menos 20 ocasiones de
las diferentes formas de la palabra “amor”. Juan nos define el amor mediante un
ejemplo. Dios envió a su Hijo, no como espíritu con apariencia humana,
sino con auténtico cuerpo humano. Los apóstoles conocieron el amor de Dios
porque pasaron tiempo con Jesús. De hecho, la única manera en que un ser humano
conocerá el amor de Dios será mediante el trato entre seres humanos. Juan
afirma, “a Dios nadie le vio jamás” (v 12), para a continuación decir que su
amor se ha perfeccionado en nosotros cuando nos amamos los unos a los
otros.
Esto apoya la enseñanza de Jesús, de que la gente sabrá que
somos sus discípulos cuando nos amamos los unos a los otros. Cuando ves un
fallo en tu hermano, tu respuesta no va a ser la crítica, sino buscar una
forma de ayudarle. Puedes orar por él, puedes hablar con él, puedes ser
ejemplo de no devolver mal por mal, debes tener en mente que el amor de Cristo
agotó todos los medios hasta conseguir el propósito de limpiarnos de pecado.
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