sábado, 26 de mayo de 2012

Una propuesta de proyecto


Vitaminas (Lectura mínima)         Santiago 3:1-9

Menú completo                   Santiago 3 y 4

Alguien en el campo dice “Este año voy a sembrar patatas”, o “Voy a probar a plantar kiwis.” Alguien de la ciudad dice, “Voy a buscarme una finca en el campo”. Y así tienen un proyecto. Puede ser para beneficio del presupuesto familiar o, como dicen, “mejorar la calidad de vida”, etc.

Santiago, que es la epístola de grandes temas, nos pone un reto diciendo, “Ningún hombre puede domar la lengua” (3:8). Aceptando que esto sea cierto, sería interesante y útil proponernos probar hasta dónde podemos llegar en el buen uso de la lengua. Por ejemplo al final del día preguntarnos, ¿A cuántas personas he podido ayudar con mis palabras? ¿Hubo algún desanimando al que le he visto cobrar ánimo por algo que yo le dije? O al contrario ¿He ofendido a alguien con una palabra inoportuna?

En este proyecto podemos tomar nota si hemos podido pasar el día entero sin decir ningún insulto ni ninguna indirecta. Cuando uno está dado a usar un vocabulario malsonante podemos proponernos durante un día entero usar sólo palabras de bendición y no de maldición. Si tienes costumbre de ensalzarte mucho para que vean lo bueno que eres, puedes intentar durante un día hablar bien de los demás y callarte acerca de ti mismo.

Si has desarrollado la práctica de herir con tus palabras, puedes limitarte a curar; a hablar suave en vez de gritar; incluso a escuchar en vez de tener que hablar siempre.

Una sugerencia: como la lengua no se puede dominar hay que entregar este miembro al Espíritu Santo (Romanos 6:13).

¿Dónde voy a empezar en este proyecto?

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