Vitaminas (Lectura mínima) Hebreos
12:12-15
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12
Hay un veneno que está consumiendo la vida de muchos
cristianos. Se llama “amargura” y viene porque piensan que la vida les ha hecho
una mala jugada.
¿Por qué funciona tan eficazmente este veneno? Porque,
consciente o inconscientemente estamos culpando a Dios por nuestra situación.
Porque es Dios quien ha permitido que sucedan esas cosas. Todos los “héroes de
la fe” de Hebreos 11 tuvieron que luchar con adversidades e injusticias.
Cualquiera de ellos podía haber dicho, “Ya no lucho más”.
Lo curioso de esta “raíz de amargura” (12:15) es que estando
bajo tierra, fuera de la vista, sin embargo contamina todo lo que tiene
alrededor. En las escuelas, en las iglesias, en el trabajo, los descontentos se
juntan y fomentan el descontento.
Me acuerdo de un lugar con comedor donde trabajé. Había personas
que siempre se quejaban de la comida. Cuando el jefe se buscó un nuevo cocinero
realmente profesional pensé que las quejas iban a terminar. Pero seguían igual,
y me di cuenta que no se relacionaban con la circunstancia exterior, sino con
la raíz de descontento que llevaban por debajo.
¡Si Dios te está cuidando, no hay lugar para la amargura!
¿Hay
alguna raíz que debo cortar?
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