Vitaminas (Lectura mínima) 1
Timoteo 1:1-7
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Timoteo 1 y 2
No hay indicación de que Timoteo tuviese mucho talento ni
mucha fuerza. Ni tampoco que su vida estuviese libre de fallos. Pero desde casi
el comienzo del ministerio de Pablo (Hechos 16) hasta sus últimos días (2
Timoteo 4:6) vemos que Pablo cuenta con él. ¿Has tenido un compañero fiel,
que antepone sus propios gustos a los tuyos?
No es egoísmo en Pablo lo que le hace apoyarse tanto en
Timoteo; es el darse cuenta que él trabajo es demasiado para un hombre sólo. De
modo que acepta el don que Dios le da, un joven dispuesto a poner su vida al
servicio de otro siervo. La iglesia de Efeso había crecido mucho. (Algunos
comentaristas piensan que pudo haber hasta 100 grupos de creyentes que se
reunían en 100 casas bajo la dirección de 100 ancianos.) Pablo, sintiendo que
él personalmente no podía quedar allí más tiempo encuentra la solución de dejar
a Timoteo allí para corregir las deficiencias que observa en una visita. !Menudo
trabajo! Un joven forastero encargado de asegurar de que las personas
habladoras se limiten a lo que pueda ser útil, que vigile contra enseñanzas
falsas, que establezca en la iglesia las prioridades de oración y respeto
mutuo, e incluso que nombre a los futuros líderes con la autoridad que le
confiere el apóstol.
Seguro que tendrá que releer esta carta de instrucciones
muchas veces. En nuestra lectura vamos a ver qué posibilidades tiene Timoteo de
realizar su tarea con éxito.
¿Cómo me sentiría con la responsabilidad que llevaba
Timoteo?
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