domingo, 15 de abril de 2012

Una fuerza ¿invisible?


Vitaminas (Lectura mínima) Efesios 3:14-19
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El otro día una fuerza inesperada me sacó de un estado de debilidad. Pude centrar mi mente y me sentía inspirado. Llegué a preguntar: ¿Quién estará intercediendo a Dios por mí?
Muchas veces tenemos tiempo para criticar a los hermanos pero no hay tiempo para interceder por ellos. ¿Piensas que cuando Pablo se ponía de rodillas para orar que le sobraba tiempo y decía, Bueno, vamos a aprovechar este ratillo porque no hay nada más que hacer? Cuanto más desarrollada tenemos la vista espiritual, más vemos lo que Dios puede hacer mediante nuestras oraciones. Pablo oraba por todas las iglesias; Jesús oraba por sus discípulos como grupo y por nombre. Jesús nos autoriza a pedir al Padre en su nombre, es decir, como si fuese él quien hacía la petición. Se crece en ello practicando.

¿Conoces a alguien que parece no llegar a entender? Utiliza Efesios 3:19 para expresar tu petición de entendimiento. También el 1:17. ¿Cuándo hay que dejar de orar? Cuando tu hermano esté lleno de toda la plenitud de Dios.

Preguntaron a un gran hombre de Dios por el secreto de sus 40 años en el ministerio. “Muy sencillo”, contestó, “todo va en mi cuaderno de oración... Oro por las personas problemáticas; a veces Dios les cambia a ellos y a veces me cambia a mí.”

Cuando llegue al cielo, ¿estaré satisfecho por la forma en que utilicé el poder invisible?

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