miércoles, 18 de abril de 2012

Peleando juntos


Vitaminas (Lectura mínima) Efesios 6:14-20
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De niño me impresionaban mucho algunos libros, como “La Isla del Tesoro”. Recuerdo una frase de uno de los héroes, hablando de otro espadachín: “Me pondría de espaldas con él contra cualquiera.” Es decir, que con ese compañero guardando sus espaldas se sentía seguro.

Se nos anima a ser buenos soldados de Cristo usando las armas de Efesios 6. Sabemos que Dios no necesita defensa, es invencible. Sabemos quién es nuestro enemigo, el ejército de maldad (v 12). ¿Y nuestra misión? No somos un ejército en reserva, por si acaso nos atacan. Somos invasores rescatando almas de las garras del diablo. Trabajo peligroso. El diablo solo ataca cuando se ve amenazado. Por eso, al tiempo que nos dedicamos al rescate de almas tenemos que proteger a nuestros compañeros de milicia.

Pablo considera compañeros a los creyentes de Efeso. Les ruega que oren por él con toda perseverancia y súplica (vss 18 y 19). Alguien ha dicho de forma exagerada que el ejército cristiano es el único que mata a sus propios heridos. ¿Cuál es nuestra reacción cuando un hermano sufre una caída? No le dejes tirado. ¡Cúbrele! Y cuando tú estás en peligro, pide ayuda como Pablo y como Cristo en Getsemaní. No hay nadie que pueda pelear sin que le cubran las espaldas.

¿He aprendido a unirme a mis compañeros de batalla?

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