domingo, 5 de diciembre de 2010

Sólo

Vitaminas (Lectura mínima)      Lucas 22:39-46 (Conviene leer también Mt 26:36-46 y Marcos 14:32-42)
Menú completo                        Lucas 22:39-71
    En la novela “El Hereje” de Miguel Delibes uno queda impresionado por la soledad con que el protagonista tiene que enfrentar sus últimas horas. Después de una vida de servicio a los demás no hay quién le sirva de consuelo ante la injustas acusaciones de los inquisidores de Valladolid.
    También impresiona la soledad de Jesús después de entregarse por completo a sus seguidores. No pide que le acompañen todos, sino los tres más allegados. Se apartan de los demás y luego él va un poco más lejos (Marcos). Aunque los demás queden dormidos debido a lo avanzada de la hora, podrá contar con los 3 principales, Pedro, Jacobo y Juan.
    Tampoco. ¡Jesús queda sólo! Abandonado en el momento más amargo de su vida. No hace falta dar muchas explicaciones de sus angustiosas palabras, “pase de mí esta copa”. Podemos sentir el latido se su corazón espantado ante el sufrimiento que le espera. Antes podía decir (Juan 11:42) que el Padre siempre le atendía, pero en esta petición tiene que decir, “pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Jesús se encuentra sólo. Con todo ello su preocupación es por los demás. Sigue animando a los discípulos a orar para no caer en la prueba.
    Ante la falta de fuerzas y de compañeros humanos Dios manda un ángel y así Jesús puede aguantar. Lo hizo por nosotros.

¿A quién puedo acompañar para que no se encuentre sólo?

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