El Buen Pastor provee para el futuro
Texto de la semana Juan 10:1-18
Menú completo de hoy Juan 14
Jesús ya habló del Espíritu Santo. A Nicodemo le dijo que había que nacer del Espíritu (Juan 3). En el 7:37 cuando invita a toda la gente a venir a beber, está hablando del Espíritu, que no ha venido todavía. Ahora, en su última noche con los discípulos, les comparte este secreto con más detalle.
Jesús observa el estado de ánimo de los discípulos. Se les va turbando el corazón (14:1). El ambiente es de preocupación. Se sienten huérfanos (v 18). Jesús no puede negar la aparente tragedia de su inminente muerte. Pero trata de explicarles lo que pasará de verdad. Al otro lado del túnel se está mucho mejor.
Primero les habla del futuro final, de las “habitaciones” que él va a preparar. Pablo luego utiliza este mismo término para hablar del cielo (2 Corintios 5:1). A Pablo no se le turba el corazón, sino que expresa su gran deseo de llegar a ese sitio.
En cuanto a cómo llegar allí, eso es de lo más sencillo. Hay un pastor, y somos sus ovejas. Él es el camino que cuando lo seguimos, nunca nos equivocaremos. Él es la verdad que, aunque nuestras mentes puedan estar llenas de interrogantes, nuestro corazón descansa sabiendo que con Jesús estamos en lo cierto. Él es la vida. Lo que vamos a tener en el futuro, lo tenemos ya en Cristo. Lo que la gente ahora considera vida está llena de trabas que cuando se quiten, se nos permitirá disfrutar plenamente.
Y en medio de estos tiempos difíciles, tenemos plena provisión para sobrevivir y triunfar mediante el Consolador. Jesús llama al Espíritu Santo Parakletos, el que acompaña para ayudar. Los discípulos tardaron algún tiempo en aprovechar estas promesas. Tú y yo las tenemos ahora en toda su fuerza. Por favor, devora este capítulo, y no olvides de aprovechar el v 13.
¿Me puede faltar algo que el Pastor olvidó?
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