Lectura cronológica 61 en los evangelios
Este ex-ciego es de los tipos más simpáticos. Durante toda su vida la gente siempre ha pensado lo mismo que los discípulos, esa ceguera es por causa de algún pecado (Juan 9:2). Pero no es así, y al final llega a tener una agudeza visual en temas espirituales, muy superior a la de los "expertos". Estos autoridades del pueblo se han edificado un parapeto tan alto, que no pueden ver las cosas obvias. Tendrían que escuchar al hombre sencillo que ellos desprecian cuando dice, en esto hay algo asombroso, que vosotros no sepáis de dónde es, y sin embargo, a mí me abrió los ojos.
¿Te acuerdas de los sastres que garantizaron al emperador un hermoso traje mágico, que sería invisible a cualquier persona que no fuera inteligente? Cuando él mismo se da cuenta de que no ve nada, tiene que fingir que aprecia los ricos colores y texturas de la tela. Y la gente, igual que su emperador, disimula su ignorancia. Hasta que un niño exclama, Vaya, el emperador va desnudo.
Al verse descubiertos los fariseos por el sencillo ciego, recurren a los mismos procedimientos de siempre, la represión y la persecución. Pero la obra de Jesús ya está hecho. La luz del mundo ha entrado en una vida que estaba a oscuras. El que no pudo identificar a nadie, ahora ha identificado a su Salvador (v 38) y lo adora. El Padre ha buscado y encontrado (Juan 4:23) quien le adore.
Todavía estamos en los días de algo asombroso. Seamos como los niños (Lucas 10:21) a quienes el Padre ha revelado las cosas que a los "sabios" les son veladas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario