lunes, 9 de noviembre de 2009

La decisión de no creer


     El uso de las casas en tiempos de Jesús debió ser diferente que ahora. Por ejemplo, cuando le invitan a una casa a comer, luego entra una mujer no invitada, que le unge los pies. Hoy día no solemos entrar en casa de nadie sin invitación. En Mateo 9:28, después de que Jesús entra en casa, los 2 ciegos que le vienen siguiendo también entran y después de curados, salen. Es otra cultura. Pero tenemos derecho a usar nuestras casas como queremos. En la planta donde vivíamos en Fuenlabrada las 3 puertas de las 3 vecinas quedaban abiertas durante el día, y ellas entraban sin llamar. He visto alguna vez aquí en el pueblo en el piso de Rubén y Rocío, un grupo de amigos que parecían usar la casa como lugar de reunión. Mi impresión en la lectura del Evangelio es que la casa de Pedro sirvió más para el ministerio de Jesús, que la sinagoga. Como la casa de Óscar y María en Navalmoral, cualquier día de la semana. Léete Mateo 9:27-34, notando cuántas cosas suceden en la casa. ¿Habéis pensado cómo maximizar el uso de vuestra casa para servir a Jesús?
     ¿Cuántas visitas a la sinagoga de Nazaret encontramos en la Biblia? Algunos comentaristas piensan que la ocasión de Lucas 4:16 tiene que ser la misma que Mateo 13:54 y Marcos 6:1. Pero la mayoría ven dos ocasiones distintas, una al principio de su ministerio y otra cierto tiempo después. No hace falta resolver todas estas dificultades antes de aprovechar el alimento de la Palabra de Dios. Hay 2 extremos. Por un lado hay personas que no dan importancia a los detalles del texto de las Escrituras. Lo leen todo superficialmente sin aplicar el cerebro. No comparan ni se hacen preguntas. Por otro lado los hay que lo polemizan todo. Para ellos la Biblia es un campo de esgrima y van en busca de contrincantes. No se alimentan, sino que se entretienen y se enfrentan. En esta lectura cronológica de los 4 Evangelios estamos intentando una comprensión equilibrada: usar el cerebro y los estudios de algunos maestros con el fin de formar parte del ejército de Jesús, viviendo como el vivió, aplicándolo al siglo 21.
     Los fariseos (Mateo 9:34) utilizan su cerebro para buscar motivos para no creer en Jesús. La gente de Nazaret hace lo mismo. Reconociendo su sabiduría y su poder (Mateo 13:54), se escandalizan porque no puede ser que alguien de su propio pueblo sea tan grande. Y deciden no creer. Y limitan el efecto del poder de Jesús en su pueblo. Podemos decidir, como los 2 ciegos (Mateo 9:28), poner toda nuestra fe en Jesús y no dejar de "molestarle" hasta ver su poder en nuestras vidas.

3 comentarios:

  1. Señor, creo en ti y en que tu puedes hacerlo, pero tengo dudas, Señor ayudame en mi incredulidad. aumenta mi fe, extiende sobre mi tu mano, que pueda alcanzarte aunque sea por detras, aunque no llegue a tocarte la piel, que pueda tocar tu manto.
    (me costaba menos de anonimo,cada vez es mas dificil dejar un coment)

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  2. Siempre puedes volver a anomimizarte cuando el asunto lo aconseja

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  3. ya no puedo..... gracias por la sugerencia
    asumo.

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