Texto de la semana – Romanos 11:30-36
Menú completo Romanos 10
Cuando leo Romanos 10:1 conjuntamente con el 9:1, veo un Apóstol Pablo obsesionado. Aunque su ministerio principal es a los gentiles, no puede dormir pensando en sus familiares que todavía viven en ignorancia respecto a la salvación en Cristo.
Hay personas que se obsesionan por el estado de Israel en relación con los palestinos. Es interesante que hace un siglo los intentos de promover un estado judío chocaron con las opiniones de los mismos rabinos ortodoxos y tradicionales, que opinaban que el retorno a Sión y la reunión de los judíos dispersados por todo el mundo solo podía ser dirigido por el Mesías y cualquier intento humano en este sentido para apresurarlo, excepto la oración, la fiel observancia de la Torah y el arrepentimiento debía ser considerada como una profanación y un desafío a las prerrogativas de Dios. Citaban al Rabí Eliezer, Los Israelitas se redimirán si se arrepienten; sin arrepentimiento no habrá redención (Historia para el Debate, Nº 13).
Personalmente, pienso que cuando llegue ese día, pronosticado por los profetas y anhelado por Pablo, Dios no necesitará ni de americanos ni de armas sofisticadas para defender a su pueblo. Nuestras oraciones por Israel y por la paz de Jerusalén han de centrarse en el mismo corazón de Dios. No cabe duda de que el establecimiento de Israel como nación en 1948, por decisión de Naciones Unidas, forma parte de lo que Dios está haciendo en la historia. Pero el anhelo de Dios y de los suyos es por la salvación de Israel en el sentido espiritual, que siempre ha sido requisito para que Dios intervenga en la nación. Dios nunca ha dejado de extender sus manos a un pueblo rebelde (Romanos 10:21).
Todos los pueblos del mundo necesitan el mensaje de Romanos 10, la salvación por la fe.
¿Qué será la mejor manera de que yo ayude a los planes de Dios?
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