sábado, 23 de octubre de 2021

Haced lo que digan


Vitaminas (Lectura mínima):  Mateo 23:1-6
Menú completo: Mateo23

    A los 12 años Jesús tuvo su primer encuentro con los escribas, los “maestros de la iglesia” (Lucas 2:46). Según sus propias palabras estaba “en los negocios de su Padre”. Ahora, unos 20 años más tarde, cierra ese capítulo. El Hijo de Dios ha terminado con su inspección del templo y está entregando su informe a la gente y a sus seguidores (Mt 23:1). A partir de este capítulo su única relación con los líderes religiosos será cuando se entregue para ser crucificado.

    De todo lo que lees en Mateo 23 ¿qué es lo que más te sorprende? A mí me resultan absolutamente fascinantes las primeras palabras que Jesús dice. A los saduceos no les menciona. Ellos, aunque ejercen mucha autoridad política, no tienen autoridad espiritual. Pero a los fariseos, que se comprometen con la ley de Moisés, y a los escribas, que se dedican a entender y explicar la ley, les coloca en el lugar más alto del pueblo judío, la cátedra de Moisés. ¿Te das cuenta de lo que significa esto? Jesús está diciendo que a estos hipócritas (les llama así 7 veces en este capítulo) hay que obedecerles. ¡Qué pena que no puede encomendar líderes más fieles!

    Es evidente que los apóstoles luego se esfuerzan por respetar a estos líderes. Por ejemplo Pablo llama “príncipe del pueblo” al sumo sacerdote (Hechos 23:5) y los cristianos en Jerusalén seguían siendo judíos, practicando todas las costumbres de su pueblo pero manteniendo la valentía de Jesús en enfrentarse a las autoridades cuando hacía falta (Hechos 4:19). No fueron ellos los que se separasen de su pueblo, sino que fueron perseguidos y echados.

¿No tenemos a veces demasiada prisa en empezar nuevas iglesias en vez de someternos incluso a personas que no dan la talla?

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