domingo, 8 de agosto de 2021

No de cualquier manera


    Dios piensa en todo, incluyendo nuestra tendencia a no cumplir con nuestros deberes de forma íntegra. Por eso, al leer Levítico 22-24, pensarás, ¿A quién se le ocurre hacer algo así, ¿cómo podría alguien pensar en traer como ofrenda a Dios un animal cojo, o de otra forma defectuoso? La respuesta es, eso lo hace una persona acostumbrada a pensar, "lo mejor para mí", y lo que queda, para los demás, aunque el "demás" sea Dios mismo. Por eso la lista de defectos que encontramos aquí. Y las instrucciones para que los sacerdotes ejerzan un examen cuidadoso de cada animal. (Si quieres profundizar más en este capítulo sobre sacrificios y fiestas, aquí hay un estudio de 7 páginas por un experto en el tema.)

    Dios fue exigente con su hijo, enviándole a este cruel mundo. Nuestra respuesta a su amor no ha de ser superficial. 

    Tenemos en estos capítulos instrucciones respecto a las fiestas. El pueblo de Israel en ese tiempo no iba a la playa de Tel Aviv para sus vacaciones. Tres veces al año todos los hombres tenían que presentarse en el lugar del tabernáculo (Y sabemos que la familia acompañaba también, como en el caso de Samuel y de José y María.) Lo pasarían bien en el camino pero no podían decir, "el año que viene voy a París". No, a Jerusalén andando. Tres fiestas anuales obligatorias, y otras, como la de trompetas, que solían asistir. Recordemos que Pablo se apuraba en su viaje de Grecia, para llegar a la fiesta de Pentecostés.

    La participación en la vida religiosa con todas las demás familias de Israel fue una exigencia. Deuteronomio 16:16 - la de los Panes sin levadura, la de las Semanas y la de las Enramadas. Nadie debe presentarse ante el Señor con las manos vacías.

    Los animales a sacrificar a Dios son sin defecto.

    Los animales a sacrificar a Dios son muchos. Cuéntalos aquí en estos capítulos. 

    La cuestión es si Dios se lo merece ??

    Pensamiento para hoy: Después de lo que Dios ha hecho por nosotros, no cabe darle propinas a cambio. No nos podemos acercar a Dios de cualquier manera. O, en palabras de David, No presentaré al Señor mi Dios holocaustos que no me hayan costado nada (2 Samuel 24:4).




No hay comentarios:

Publicar un comentario