Vitaminas (Lectura mínima): 2 Tes. 3:11-15
Menú completo: 2 Tesalonicenses 3
Cuando Pablo va a un sitio a cumplir su apostolado, enseña todo el evangelio. Esto incluye la nueva forma de vivir, de modo que Dios es complacido y los vecinos convencidos. Cuando estuvo en Tesalónica vio la necesidad de enfatizar la importancia de ganarse la vida mediante trabajos productivos. Este principio sigue vigente desde que Dios le mandó a Adán que trabajara la tierra.
De modo que lo que hace Pablo en primer lugar es poner ejemplo trabajando en su oficio de fabricante de tiendas. También enseña esta práctica. Pero siempre hay quienes quieren sacar provecho personal del evangelio. Estos ahora enseñan que la venida de Jesús está a la puerta y de allí sacan la conclusión de que se pueden relajar las buenas costumbres. Entonces les enseña Pablo a aplicar otra enseñanza– es una medida fuerte, pero es importante frenar esta picaresca. “Que os apartéis de todo hermano que ande desordenadamente... a ese señaladlo y no os juntéis con él, para que se avergüence.”
No olvidemos que hay que evitar el otro extremo, donde el trabajo y el afán de enriquecerse domine nuestra vida. Trabajamos para comer (3:10) y para ayudar a los necesitados (Efesios 4:28), no para acumular y hacer del trabajo un dios que pese demasiado en nuestras decisiones y relaciones.
¿Para qué he usado mis manos hoy?
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