Vitaminas (Lectura mínima): 1 Corintios 4:1-7
Menú completo: 1 Corintios 4
“Se está metiendo en mi terreno” Bien podía haber pensado así sobre Apolos, quien llegó a Corinto después que Pablo hubiese establecido allí la iglesia. Este hombre, que provenía de Alejandría, centro de erudición, era un “pico de oro”. Pero Pablo jamás le ve como rival. Son los creyentes de Corinto, en su inmadurez (carnalidad), los que forman bandos.
Toda la intención de Pablo es que mientras aprovechan los muy distintos ministerios que aportan los instrumentos humanos, que sean siempre seguidores de Cristo, y no de los hombres.
¡Cuánto daño se ha hecho en la iglesia por rivalidades! ¡Ojo cuando alguien empieza a decir, “Mi iglesia” como si fuera de su propiedad. Los “partidarios” de Apolos despreciaban a Pablo por su falta de presencia como orador. Los “partidarios” de Pablo no estaban dispuestos a recibir enseñanza de alguien que no fuera el apóstol. Pero Pablo lucha porque no sean enanos, sino que se abran a todo lo que ofrece el Señor. La única pelea que tienen estos 2 hermanos es que Pablo quiere que Apolos pase más tiempo con los corintios (16:2).
No hay que tener miedo a que alguien sea más elocuente, y que brille más que nosotros. Al contrario, hay que tener miedo cuando la gente se fija demasiado en uno.
Todo lo que tenemos, lo hemos recibido de Dios. El primero en intentar subir donde no le correspondía era Satanás, y una de sus tácticas favoritas sigue siendo procurar que los cristianos se envanezcan y se den importancia a si mismos.
¿Qué puedo hacer hoy para que la gente
se fije en Cristo y no en mí?
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