domingo, 21 de marzo de 2021

¿Hay que ser tolerantes?


Vitaminas (Lectura mínima): 1 Corintios 5:1-5
Menú completo: 1 Corintios 5

Algunas iglesias evangélicas se preocupan mucho por el testimonio de sus miembros cara a la sociedad. Esta preocupación, que comparto, sin embargo, conlleva el peligro de centrarse en las apariencias. No hay que desatender nunca el estado espiritual de cada persona.

En nuestro capítulo de hoy, donde se establece una disciplina fuerte para un cristiano errante, Pablo deja claro su objetivo principal: a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. (v 5) Este hombre está practicando una forma de inmoralidad escandalosa. Consciente de ello (v 1), sin embargo el apóstol centra su atención en el bienestar del individuo y de la congregación porque sabe que cuando la iglesia está sana, entonces tendrá también un buen testimonio.

Hay que tratar las cosas desde dentro. La iglesia no espera a actuar hasta que alguien publique un artículo sobre el escándalo. Son los primeros en desear que se elimine la contaminación. Pero este grupo de cristianos peca de una tolerancia injustificable. Parece que algunos presumen (v 6) de su liberalidad. Lo que tenían que haber hecho es sencillo: quitar de en medio al hombre inmoral. Concretamente esto significa eliminar la relación familiar con él. No juntarse, ni aún comer juntos. No se trata de retirarle los símbolos de la comunión, sino excluirle de todo trato familiar para su propio bien y para que la iglesia no se contamine. 

No veo en el Nuevo Testamento ningún ejemplo de decir, “6 meses sin participar en la eucaristía” como castigo. Cuando alguien está arrepentido, el Señor le perdona inmediatamente, y como el hijo pródigo (Lucas 15:22-24), puede celebrar con los demás.

¿Cómo solemos tratar a un hermano desobediente?

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