domingo, 17 de mayo de 2020

Una comunidad modelo (1 Timoteo 5)

Hemos visto que Pablo dejó a Timoteo en Éfeso con una tarea, la de corregir el problema de los que hablan mucho y practican poco. Y otros problemas, como el que algunos habían introducido, que ponían el énfasis en cosas que debían hacer y no hacer, en vez de conocer y vivir las Escrituras. 

Hemos visto que los pasos que Timoteo tiene que dar comienzan con el nombramiento de presbíteros, cuya vida personal y familiar tiene que ser modelo que los demás pueden imitar. Y para que éstos puedan dedicar el tiempo suficiente, sus ayudantes los diáconos se encargan de repartir la ayuda a los pobres. 

Lo que vemos en la lectura de ayer y de hoy es cómo funciona la comunidad que resulta de este proceso.
  1. Tenemos personas convertidas, con una conexión directa con Dios mediante Jesucristo, cuyos pecados han sido perdonados por Dios y por sus hermanos. Nuevo Comienzo.
  2. Todos son una familia, con gran respeto unos a otros. Por ejemplo, en el 5:1 incluso Timoteo, que ha venido con mucha autoridad, tiene que tratar con máximo respeto a los mayores. (La palabra "anciano" aquí también es "presbítero" pero parece que se refiere, no al oficio, sino a la edad.)
  3. Cada grupo tiene su responsabilidad. Los diáconos tienen su lista de personas que necesitan ayuda económica y se encargan. Los que pueden ayudan a sus propios familiares sin pasar factura a la iglesia. Las viudas aprovechan su tiempo formando un ejército de oración.
  4. Los que se dedican a enseñar la Palabra de Dios a los demás (v 17) reciben una ayuda económica (vss 17 y 18).
  5. Cuando alguien sale del Camino se toma los pasos necesarios para volverlo a encaminar.
  6. Todos los que tienen capacidad física trabajan para ganar su pan y ayudar a los demás.
Esto va a ser una maravilla para los que observan. No hay seguridad social, ni paro, ni jubilación, no hay muchos derechos para ciertas clases pero los hijos de Dios son todos hermanos. Esto sería una maravilla en el siglo 21, como dijo Pablo a los corintios, que haya igualdad.

¿Te has fijado que Pablo está contemplando una actuación distinta ahora al final de su ministerio? Antes esperaba ver una iglesia con gran compromiso, que iba preparando la venida de Cristo e incluso esperaba seguir vivo cuando llegaba ese evento (Corintios y Tesalonicenses). Ahora requiere oraciones para poder vivir una vida de sosiego y dignidad (1 Timoteo 2). Antes era una misión apostólica la que arrasaba como una ola avanzando el Evangelio. Ahora es la iglesia, siendo la luz del mundo, que impregna toda la sociedad, abriendo sus puertas a todos sus vecinos. Antes recomendaba el celibato, dadas las circunstancias. Ahora quiere que haya familias, y que generación tras generación vaya cosechando almas para el Señor. 

¿Qué le ha pasado a Pablo para llegar a esta conclusión? Una cosa es obvia. Esas iglesias, en las que él ponía tanta esperanza, no han cumplido con su misión. De haberlo hecho no haría falta tanta epístola y tanta visita de parte de Timoteo y Tito porque tenían conocimiento suficiente. A los corintios les dice que sólo les puede dar leche cuando ya tenían que ser maduros. 

Y en esos años después del tercer viaje es posible que Pablo tuviera ocasión para reflexionar en las playas del España sobre estas cosas. Desde hace años yo y muchos que estudian la Biblia utilizamos un comentario que mira con detalle su ministerio, en relación con la historia de Roma. Estos comentaristas piensan que Pablo habrá tenido ocasión de visitar todas las sinagogas de los judíos entre Tarragona y Cádiz. Ahora no hace falta comprar ese libro. Se puede leer gratis en Google Books (En inglés). Si quieres ver la cronología de los años de Pablo he subido una traducción de una página en Conybeare y Howson.


El ministerio pastoral

5:1- No reprendas al anciano; al contrario, aconséjale como si fuera tu padre. Y trata a los jóvenes como si fueran tus hermanos. 2- A las ancianas, trátalas como a tu propia madre; y a las jóvenes, como a tus hermanas, con toda pureza.

3- Ayuda a las viudas que no tengan a quien recurrir. 4- Pero si una viuda tiene hijos o nietos, ellos son los primeros que deben aprender a cumplir sus obligaciones con los de su propia familia y corresponder al amor de sus padres. Esto es bueno y agrada a Dios. 5- La verdadera viuda, la que se ha quedado sola, pone su esperanza en Dios y no cesa de rogar, orando día y noche. 6- Pero la viuda que se entrega al placer, está muerta en vida. 7- Mándales también estas cosas, para que sean irreprensibles. 8- Quien no se preocupa de los suyos, y sobre todo de los de su propia familia, ha negado la fe y es peor que los que no creen. 9- En la lista de las viudas debe figurar únicamente la que tenga más de sesenta años y no haya tenido sino un solo esposo. 10- Debe ser conocida por el bien que ha hecho: si ha criado bien a sus hijos, si ha sido amable con los que llegan a su casa, si ha lavado los pies a los creyentes y si ha ayudado a los que sufren. En fin, si ha procurado hacer toda clase de obras buenas. 

11- Pero no pongas en la lista a viudas de menos edad, porque cuando sus propios deseos las apartan de Cristo, quieren casarse de nuevo 12- y se hacen culpables de haber faltado a su compromiso. 13- Además, andan de casa en casa y se vuelven perezosas; y no solo perezosas, sino también chismosas, metiéndose en todo y hablando lo que no conviene. 14- Por eso, quiero que las viudas jóvenes se casen, que tengan hijos, que sean amas de casa y que no den lugar a las críticas del enemigo. 15- Pues algunas viudas ya se han apartado y han seguido a Satanás. 16- Si alguna mujer creyente tiene viudas en su familia, que las ayude; así no serán una carga para la iglesia, y la iglesia podrá ayudar a las viudas que realmente no tengan a quien recurrir.

17- Los ancianos que gobiernan bien la iglesia deben ser doblemente apreciados, especialmente los que se dedican a predicar y enseñar. 18- Pues la Escritura dice: “No pongas bozal al buey que trilla.” Y también: “El trabajador tiene derecho a su salario.” 19- No hagas caso de acusaciones contra un anciano, si no están apoyadas por dos o tres testigos. 20- A los que siguen pecando debes reprenderlos delante de todos, para que los demás tengan temor.

21- Te encargo delante de Dios, de Cristo Jesús y de los ángeles escogidos, que sigas estas normas sin hacer distinciones ni preferencias. 22- No impongas las manos a nadie sin haberlo pensado bien, para no hacerte cómplice de los pecados de otros. Evita todo lo malo.

23- Puesto que a menudo estás enfermo del estómago y tienes frecuentes dolencias, no bebas agua sola, sino también un poco de vino.

24- Los pecados de algunos se descubren claramente antes de haber ido a juicio; en cambio, los de otros solo aparecen después. 25- Del mismo modo, las obras buenas se descubren claramente; y las que no se ven, tampoco quedarán siempre escondidas.

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