Como su antecesor Caifás, que decretó la muerte de Jesús, éste ahora autoriza que maten a Pablo. Pero en este caso es un muchacho quien frustra todo el plan.
Dios está guiando a Pablo a través de todos los peligros de esta movida política como le va a guiar a través de las tempestades del Mediterráneo hasta llevarle a Roma como lo promete. Y Dios no tiene ninguna dificultad en llevar tu barco al puerto que él tiene destinado.
23:1- Pablo miró a los de la
Junta Suprema y les dijo:
–Hermanos, yo he vivido hasta hoy con la conciencia
tranquila delante de Dios. 2- Entonces el sumo sacerdote Ananías mandó a los
que estaban cerca de Pablo que le pegaran en la boca. 3- Pablo le dijo:
–¡Dios te pegará a ti, hipócrita! Si estás ahí sentado
para juzgarme de acuerdo con la ley, ¿por qué, en contra de la ley, mandas que
me peguen? 4- Los presentes le dijeron:
–¿Así insultas al sumo sacerdote de Dios? 5- –Hermanos
–contestó Pablo–, yo no sabía que fuera el sumo sacerdote, pues, en efecto, la
Escritura dice: ‘No maldigas al que gobierna a tu pueblo.’ 6- Luego, dándose
cuenta de que algunos de la Junta eran del partido saduceo y otros del partido
fariseo, añadió Pablo en voz alta:
–¡Hermanos, yo soy fariseo, de familia de fariseos, y se
me está juzgando porque creo en la resurrección de los muertos! 7- Apenas dijo
esto, los fariseos y los saduceos comenzaron a discutir entre sí, y la reunión
se dividió. 8- Porque los saduceos dicen que los muertos no resucitan y que no
hay ángeles ni espíritus. Los fariseos, en cambio, creen en todas estas cosas. 9-
Todos gritaban, y algunos maestros de la ley que eran del partido fariseo se
levantaron y dijeron:
–Este hombre no ha hecho nada malo. Tal vez le ha hablado
un espíritu o un ángel. 10- Como el alboroto era cada vez mayor, el comandante
tuvo miedo de que hicieran pedazos a Pablo, por lo cual mandó llamar a unos
soldados para sacarlo de allí y llevarle otra vez al cuartel. 11- A la noche
siguiente, el Señor se apareció a Pablo y le dijo: “Ánimo, Pablo, porque así
como has dado testimonio de mí aquí en Jerusalén, así tendrás que darlo también
en Roma.”
Conspiración para matar a Pablo
12- Al día siguiente, algunos judíos se pusieron de
acuerdo en contra de Pablo y juraron bajo maldición no comer ni beber hasta que
le hubiesen matado. 13- Eran más de cuarenta hombres los que así se habían
conjurado. 14- Se dirigieron, pues, a los jefes de los sacerdotes y a los
ancianos de los judíos y les dijeron:
–Nosotros hemos jurado bajo maldición no comer nada hasta
que no matemos a Pablo. 15- Ahora, vosotros y los demás miembros de la Junta
Suprema pedidle al comandante que lo traiga mañana ante vosotros, con el
pretexto de investigar su caso más a fondo. Nosotros estaremos preparados para
matarle antes de que llegue. 16- Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró
del asunto y fue a avisarle al cuartel. 17- Pablo llamó a uno de los
centuriones y le dijo:
–Lleva a este muchacho al comandante, porque tiene algo
que comunicarle. 18- El centurión le llevó al comandante, a quien dijo:
–El preso Pablo me ha llamado y me ha pedido que te
traiga a este muchacho, que tiene algo que comunicarte. 19- El comandante tomó de
la mano al muchacho, y llevándolo aparte le preguntó:
–¿Qué quieres decirme? 20- Contestó el muchacho:
–Los judíos se han puesto de acuerdo para pedirte que
mañana lleves a Pablo ante la Junta Suprema, con el pretexto de que quieren
investigar su caso más a fondo. 21- Pero no los creas, porque le esperan
escondidos más de cuarenta de sus hombres, que han jurado bajo maldición no
comer ni beber hasta matar a Pablo. Ahora ya están preparados, esperando
solamente que les des una respuesta. 22- Entonces el comandante despidió al
muchacho, ordenándole que no dijera a nadie lo que le había contado.
Pablo es enviado al gobernador Félix
23- El comandante llamó a dos de sus centuriones y les
dio orden de preparar doscientos soldados de a pie, setenta de a caballo y
doscientos lanceros, para ir a Cesarea a las nueve de la noche. 24- Mandó
además preparar caballos para que Pablo montara, y dio orden de llevarle sano y
salvo ante el gobernador Félix. 25- Con ellos envió una carta que decía: 26- “De
Claudio Lisias al excelentísimo gobernador Félix: Saludos. 27- Los judíos
habían apresado a este hombre e iban a matarle, pero yo, que supe que se
trataba de un ciudadano romano, acudí con mis soldados y lo libré. 28- A fin de
enterarme de qué le acusaban, le llevé ante la Junta Suprema de los judíos, 29-
y resultó que le acusaban de asuntos de su ley; pero no había razón para darle
muerte, y ni siquiera para tenerle en la cárcel. 30- Pero como he sabido que
los judíos han hecho planes para matarlo, ahí te lo envío; y he pedido también
a quienes le acusan que expongan ante ti lo que tengan contra él.” 31- Los
soldados, conforme a las órdenes que habían recibido, tomaron a Pablo y lo
llevaron de noche a Antípatris. 32- Al día siguiente, los soldados de a pie regresaron
al cuartel, y los de a caballo siguieron el viaje con Pablo. 33- Al llegar a
Cesarea dieron la carta al gobernador y le entregaron también a Pablo. 34- Después
de leer la carta, el gobernador preguntó de dónde era Pablo, y al saber que era
de Cilicia 35- le dijo:
–Te oiré cuando vengan los que te acusan.
Luego
dio orden de ponerle bajo vigilancia en el palacio de Herodes.
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